¿Dónde quedó?

Hace más de dos milenios, un hombre, con unas ideas nuevas, revolucionarias pero sin utilizar la violencia, predicó con la única arma que realmente el ser humano debe fabricar para combatir las injusticias y el mal que nos rodea: EL AMOR.

Quién me conoce, sabe que no soy un creyente acérrimo de la doctrina que predica la iglesia católica, pero si de la palabra real del primer revolucionario de la historia. Ahora voy a ser duro y totalmente sincero:

Si hay alguien que a lo largo de los siglos, para mí es considerado el amo y señor de los negocios, es San Pedro. Aquel que negó el nombre de Jesús de Nazaret tres veces y después, con sus Santos Cojones, crea una fe a través del miedo del pobre espécimen al que pertenecemos.

A lo largo de los años, mucha gente a la que quiero, admiro y respeto, me ha querido vender la moto con todo lo que la iglesia hace por los pobres y más necesitados, sin embargo, hace dos días se parten el culo tres o cuatro devotos millonarios por en agrandar la palabra de Dios dejándose los cuatros en una de las Iglesias más importantes del mundo.

Basta decir, que el que os escribe es un FANÁTICO de la majestuosidad y belleza de las obras arquitectónicas hechas por las manos del hombre, y esa fe que tanto crítico. Es una incongruencia, lo sé, así soy yo.

No sabéis el dolor y pena que sintió mi corazón hace dos días con el incendio de la señora de París, y mucho más sin haberla visitado jamás. Sólo a través del juego Assassins Creed Unity… Lo sé penoso.

El ser humano la creó y el mismo la ha destruido, como todo lo que hará, hoy, mañana y siempre. Jamás aprenderemos el mensaje del hijo de un carpintero humilde y su abnegada madre.

Esta catedral me ha perseguido durante años, no sólo por Víctor Hugo o Disney, incluso por puzzles en 3D. Sin embargo, no puedo obviar el hecho de que si Jesús de Nazaret se diera un vuelta por el globo terráqueo la que iba a liar iba a ser chica comparada a la expulsión de los mercaderes del templo de Jerusalén. Es indignante ver como miles de niños mueren de inanición por culpa de la pobreza o las guerras y que hoy día, la fundación Norte Dame llevé recaudado más de 700 millones de euros para su restauración…. Es que no sé ni calcular esa barbaridad de dinero.

Puede ser el típico y reiterado mensaje que lleva dos días pululando por Internet, pero ni es más cierto porque yo lo reafirme y otros lo nieguen… Simplemente es la cruda realidad.

El hombre y la mujer vivirán el resto de su mísera existencia a través de la fe del miedo y de la cultura de la hipocresía, no hay más.

Pon mil piedras en el camino y el ser humano jamás cogerá otro alternativo. Es preferible morir en el intento que sobrevivir con dignidad.

Perdonad esta chapa y mi pequeña reflexión, tan exporadica como necesaria para mi alma.

Buenas noches y feliz semana santa o de descanso para todos.

Óscar Lamela Méndez.

Reseña de «Legado en los huesos» de Dolores Redondo

No voy a hacer la típica incursión en el mundo de las «Segundas partes» y sus tópicos, aunque a veces es inevitable. ¿Creéis en la posibilidad de continuar una historia cambiando de registro por completo? Lo evidente es contestar que no, pues se perdería el hilo inicial de la trama, pero en el caso de la escritora Navarra, es necesario hasta cierto punto, pues en «El guardián invisible» se descubrió quien era el asesino de niñas. Aunque no se deje de lado, ni la hermosura del Baztán, el legado de la familia de Amaia, nuestra inteligente y audaz inspectora y añadiendo nuevos personajes, cabe destacar el papel importantísimo del juez Markina en esta nueva batalla de la más pequeña de los Salazar contra EL MAL. Y nunca mejor dicho, pues ambos son la piedra angular de una nueva y oscura trama… No apta para almas lectoras sensibles. Os lo dice alguien que escribe más negro que el culo de un mono con pantalones de cuero.

Escenarios y descripciones sórdidos, crudos y llenos del penoso realismo que envuelve en estas últimas décadas a Homo Sapiens Sapiens, que nos inunda las entrañas.

Amaia se enfrenta a un nuevo reto, el más difícil todavía. Un asesino inductor, al más puro estilo de Charles Manson, pero con un «pequeño» hándicap, su estrenada maternidad. Su obligación como mujer, madre e inspectora, la llevan a plantearse muchas cosas, incluso el amor de James, su pareja, por culpa del juez Markina que Dolores Redondo lo va colando con sutileza en la mente de Amaia.

Os voy a dar ciertos detalles que a mi me han gustado y otros que no. Era primordial el no dejar de lado la figura terrorífica de su madre. Rosario es clave y uno de los personajes que más me han inquietado en mis años de lectura. La relación de la inspectora con su hermana Flora, su familia y el inspector Montes. No voy a obviar a Jonan, que me apasiona, sobre todo porque es el personaje que introduce, junto a su tía Engrasi, todos los temas misteriosos que son la guinda de un pastel muy atractivo…. Ahora viene lo malo: Hay un personaje sacado, en mi opinión, de la manga de la autora y que se ve claramente como un recurso para salvar un hueco vacío en la historia. Cuando lo leáis, lo entenderéis. Creo firmemente, que la escritora no pensó en él desde el principio. A lo mejor me estoy volviendo un poco pejigueras, no lo sé.

La originalidad de la primera historia, nubla esta segunda, que hubiera sido también una buena primera parte, pero el listón estaba muy alto. Eso sí, me creo a los personajes. La ambientación y documentación es digna de admirar, cosa que cuida muchísimo esta autora.

En definitiva, una segunda parte muy entretenida y con un final que me ha hecho vibrar en las últimas cuarenta páginas… Vamos, que las he sudado por Ibai.

Veremos en diciembre lo que nos depara el estreno de esta segunda parte en los cines de España y espero que no se centren mucho en la tensión sexual entre el Juez Markina (Leonardo Sbaraglia) y Amaia Salazar (Marta Etura), pues le quitaría toda la gracia a la historia.

Ya comencé la tercera parte y parece ser que la línea argumental seguirá por los mismo derroteros. Os emplazo a una nueva visita.

Mi puntuación es de 7 sobre 10.

Óscar Lamela Méndez

Reseña de «Relato soñado» de Arthur Schnitzler

Caí, no es que hubiera hecho un juramento a sangre y fuego, pero hasta ahora, era una de las mayores premisas en mi vida: «Jamás leo un libro, que previamente (por desgracia) haya visto la película antes»… con Schnitzler era imposible no caer y mucho menos, con la increíble y respetuosa versión cinematográfica del genio Stanley Kubrick.

Si a estas alturas no sabéis de lo que os hablo, seguramente os quedaréis de piedra como este pobre lerdo inculto cuando lo supo. La obra maestra del cineasta americano, es una adaptación del inconmensurable escritor austriaco Arhtur Schnitzler. Y lo mejor de todo esto, es que si ves el film y luego lees la novela de principios del siglo XX, te das cuenta de que todo está inventado.

Me explico. En «Eyes wide shut» la historia transcurre a finales del siglo XX en New York; «Relato soñado» es de la época dorada vienesa de principios de siglo. Dos tiempos muy dispares, pero sinceramente, después de leer esta novela, me habría encantado que Kubrick la hubiera adaptado en aquella época. Sin embargo, y cómo he dicho antes, este polémico director, hizo una versión moderna muy digna y fiel al libro, respetando todas las claves, personajes, pautas y comportamientos, hasta partes retocadas de los diálogos del escritor vienés. Me he llegado a imaginar a Tom Cruise como el doctor Fridolin y a Nicole Kidman como su mujer Albertine.

Incluso, el aura misterioso de la famosa escena en la fiesta secreta y por supuesto, toda la imaginería onírica y real de la película alrededor de las perturbaciones sexuales de un hombre corriente que quiere probar algo diferente para escapar de su vida cotidiana y rutinaria.

Esa búsqueda, esa que todo ser humano se imagina en alguna etapa de su vida cuando está «encasillado» en una vida marcada por la sociedad. La cual, no cambia nada a pesar de que caigan cien años a plomo. Es algo que el ser humano ya tiene incorporado en su ADN y sí no, lo tenemos, o lo buscamos o lo soñamos. Este es el caso de el doctor Fridolin o el doctor Bill.

Después de haber tenido la suerte de encontrar, gracias a una compañera del trabajo, estás obras de la literatura vienesa, creo que debo plantearme un nuevo camino hacia las partes más sórdidas del ser humano y escarbar un poco más en la Viena de principios del siglo XX.

Quien no haya descubierto aun este libro, que no tarde en adquirirlo. Schnitzler es un genio, si no el mejor de su país en aquella época, pues si hay algo dificíl en esta vida, es expresar, desmembrar y mostrar a tumba descubierta el intrínseco y complicado mundo del matrimonio y el comportamiento sexual humano.

Sin duda, una obra maestra.

Mi puntuación es de 10 sobre 10.

Reseña de «El guardián invisible» de Dolores Redondo

Voy a ser sincero con vosotros. Hace casi dos años que tengo en mi poder la trilogía de Baztán, es más, me he llegado a leer antes la novela con la que esta increíble autora, ganó el Premio Planeta de 2016 «Todo esto te daré». Cómo en otras ocasiones, el error ha sido considerable.

No soy muy asiduo a las trilogías. Solo si se enfrascan en ellas mis adorados King y Follet. Las sagas, se las dejo a la diosa vampírica, Ann Rice. Sin embargo, he de reconocer, que con tan solo la lectura de esta primera parte, la autora donostiarra me ha cautivado.

Dame un asesino en serie, una forma muy particular de matar y un enclave misterioso, sórdido y oscuro, y me tienes a tus pies para el resto de mi existencia…será por eso que mis historias son más negras que la copa que preside ante mí y mi teclado, este pequeño desvarío.

Dolores Redondo nos propone una trama muy particular y después de ver la película, inmediatamente después de leer esta primera parte, me ha dejado pequeños sabores en los labios del más puro estilo «Seven».

Por otra parte, y dejando una rápida crítica cinéfila. Creo que el director de esta adaptación ha sido bastante fiel al libro, pero por desgracia, se dejó algún que otro personaje, muy atractivo y necesario para la resolución del caso.

Vamos con la sipnosis particular:

Amaia Salazar, inspectora. Original de Elizondo, Navarra. Reside en Pamplona, casada con un artista inglés y dotada de un carácter fuerte, la hacen muy valiosa en el cuerpo y un problema para ciertos compañeros con menos preparación que ella, debido a su poderosa inteligencia.

Una chica aparece muerta a la vera de río en el Baztán. Por desgracia para la protagonista, en su pueblo natal. Los fantasma de su pasado, volverán como la famosa piedra que persiguió a Indiana Jones, dispuesta a pisarla, sobre todo por su querida hermana mayor.

Poco a poco, Dolores Redondo, nos va metiendo en la vida personal de esta inspectora y mezclando su pasado con el caso y todos los detonantes que surgen, conforme avanza la investigación. Un asesino en serie, perturba la tranquilidad de la zona. Para colmo, nos introduce en el penetrante mundo del misterio, leyendas y tradiciones de la región. El toque final para adornar una historia genial.

Detalles del crimen, relacionados con el negocio de su familia. Una pastelería muy famosa en la zona y dirigida por su hermana mayor. Con ello, la autora juega durante toda la trama con nosotros, aunque en mi caso particular, debo confesaros que un «iluminado», me reveló a identidad del asesino cuando la película se estrenó allá por el 2017. Simple y llanamente por las declaraciones de una actriz del reparto. Aún así, compré la trilogía y leí y vi la película, sin reparo alguno.

¿La he disfrutado? Mucho ¿La ambientación? Sublime ¿La trama? Dura, sobre todo, la infancia de la protagonista, que me ha rasgado el alma en ciertos capítulos reveladores. La autora dosnostiarra ha conseguido que coja más asco a la hermana de la protagonista, que al asesino en sí. De verdad , Flora es odiosa.

A pesar de los asquerosos spolier, he disfrutado como un enano a lo largo de 427 páginas y, tras un pequeño lapsus lectivo a principios del siglo XX en plena Viena, y del que os hablaré en mí siguiente reseña, me enfrasco ahora mismo en la lectura de «Legado en los huesos», segunda parte de esta apasionante trilogía.

¿Mi recomendación? No hagáis como yo, y leedla lo más pronto posible. Merece la pena al cien por cien.

Solo os doy un último consejo, cuidado con los txantxigorri y los Basajaun…

Mi puntuación es de 8 sobre 10.

Óscar Lamela Méndez.

Reseña de «Carta de una desconocida» de Stefan Zweig

Si habéis tenido la suerte de no haber pasado por ello, intentad poneros en la siguiente tesitura: Estáis enamorado/a de una persona desde vuestra más tierna infancia. La diferencia de edad es el primer obstáculo, sumad la clase social y la capacidad y facilidad de ese «vuestro amor platónico» de vivir mil romances y encima en tus narices. Tu amor es tan inmenso e inimaginablemente fuerte, que te da igual.

Esta es la base principal de una historia o para mí, personalmente, el cuento de amor más triste jamás escrito. Tan desgarradora, como apasionada. Tan triste, como hermosamente victoriana, pero situada a principios del siglo XX en Viena.

Una carta, dirigida a su amor eterno. Aquel hombre que la conoció y la borró mil veces de su mente. Una declaración absoluta de todos los sentimientos más puros y posibles, engendrados por el ser humano y su básica forma de adorar a otro congénere.

Apenas setenta páginas. No hace falta más. La justa medida de un corazón al borde de la muerte y con la única esperanza de hallar la paz eterna bajo la confesión más hermosa jamás contada. Así es «Carta de una desconocida».

Habéis leído bien, una desconocida, una mujer y aquí es dónde yo me bajo de la vida y me descubro ante la grandeza de un escritor. Un hombre con la maravillosa y difícil capacidad, de ponerse en la piel de una mujer. Desgranando la verdad absoluta de lo que significa amar a alguien y no ser sin esa persona.

Hoy en día, esto puede sonar a retrógrado, antiguo y algunos, lo catalogarían de un «oculto» manifiesto machista. Para mí, es simple y llanamente, una obra de arte.

Algunos ya sabréis que, en mi cuarta novela, mi protagonista será una mujer… A pesar de que en las anteriores, ellas fueran las verdaderas almas de mis historias. Con esta lectura, mis sentimientos han entrado en un fortísimo conflicto. Por una parte, Zweig me demuestra que es posible ponerse en la piel de una mujer; por otra parte, el listón está muy alto y después de haberme quedado en shock varios días después de esta lectura, creo que el reto es muy complicado. Sin embargo, no soy de los que se rinden tan fácilmente.

Gracias de todo corazón a mi compañera de trabajo, Gloria, por acercarme a este talentoso escritor Alemán. La experiencia ha sido brutal, reveladora y enriquecedora al cien por cien.

Mi puntuación es de 10 sobre 10.

Reseña de «Las almas de Brandon» de César Brandon Ndjocu

Cinco días. eso es exactamente lo que me ha durado la vertiginosa lectura de este libro lleno de una poesía libre y una forma muy particular de bailar entre las palabras de César Brandon. Que como ya sabéis, tuvo la osadía de presentarse a un programa de talentos de la tele y ganarlo, no solo a través de la literatura, sino para más inri, con el tan maltratado género de la poesía. Al que particularmente, debo decir que me ha enganchado mi querido amigo Juan Manuel León Luzón.

Brandon fue capaz de enamorar a un país con tan solo tres minutos y nos brindó la posibilidad a muchos de seguir confiando en que los sueños se obtienen si eres valiente. Su poesía no es convencional, por ello me gusta tanto. No deja de lado ningún tema de actualidad y mezcla, tanto experiencias personales, como la hermosa capacidad de ponerse en la piel de una mujer y abrir su corazón en una curiosa dualidad sexual. Sacando ese lado femenino que todo hombre posee y le da miedo expresar.

Una pizca de magia, aderezada a veces con parónimos y uno pequeños juegos de palabras, pueden decir mucho. Admito que también dan pie a una posible confusión por parte del lector si no estás metido de cabeza en la historia, pero en mi humilde caso, me ha hecho disfrutar de una forma sana de la envidia de la capacidad de este malabeño, el cual tuve el placer de conocer en la pasada Feria del libro de Madrid y dónde le dedicó el libro a nuestra pequeña Rubita.

Lo que visteis en la televisión, es lo que es. Un hombre humilde, con unos ojos que mostraban tanta gratitud por todos los que nos arremolinamos alrededor de la caseta donde firmaba su obra, con timidez . Todo lo contrario a su desafío literario.

Este libro se compone de ciento un almas. Ciento una formas diferentes de mostrarnos al ser humano en todos sus aspectos: amor, miedo, odio, valor, esperanza, rebeldía, negación y aprendizaje.

Particularmente, me quedo con las almas 95 y 98. Una historia en dos partes, que nos adentra en el mundo de la homofobia. Dura y tristemente cierta.

En pocas palabras, un libro digno del premio que ganó en su día en tan solo unos minutos .

Felicidades César Brandon. Aquí tienes a un seguidor.

Mi puntuación es de 8 sobre 10.

Reseña de «La desaparición de Stephanie Mailer» de Joël Dicker

Lo siento, sé que a algunos de vosotros no os ha convencido esta novela, pero para mí, Joël Dicker ha vuelto a burlarse de mí. Sí, eso que yo intento con vosotros cuando cometéis la locura de leer mis historias.

Este Suizo, de porte altanero y sonrisa encantadora, no es solo una cara guapa, es un escritor a tener en cuenta desde hace mucho tiempo. Hace poco vi la serie basada en su exitosa novela «La verdad sobre el caso Harry Quebert» y he de confesaros que la disfruté tanto como la novela, que para mí, está en mi Top Ten sin duda alguna de las historias de este género.

A veces los escritores quieren ser demasiado enrevesados y tratan por todos los medios de que los lectores no les pillen hasta casi el final del libro; unos la cagan estrepitosamente, Dicker nada en estas aguas como si fuera el mismo Neptuno, así de claro.

En esta, si no me equivoco, su cuarta novela, ha utilizado un recurso muy típico y es aquel que nos presenta una cantidad de personajes por separados y con sus propias historias personales, pero que terminan uniéndose bajo una trama muy elaborada y llena de todos los condimentos necesarios, para que no se te olvide: ningún nombre, localización y sobre todo, la historia de cada uno de ellos.

Vamos con una pequeña y particular sipnosis, ya me conocéis. Viajamos sin descanso de 1994 a 2014 y viceversa. Todo ello, alrededor de un cuádruple asesinato del pasado en un pequeño pueblo de Estados Unidos y que dos policías creyeron resolver. Jesse y Derek; el primero, apunto de jubilarse, se cruzan con una joven y ambiciosa periodista Stephanie Mailer, que les confiesa haber descubierto al verdadero asesino de ese caso del pasado y por el cuál, quiere escribir una novela. Cuando van a reunirse con ella, esta desaparece y eso, por desgracia, les confirma que pudieron equivocarse al acusar a otra persona de la muerte del Alcalde del pueblo, su mujer, su hija y una mujer que casualmente pasaba por la casa de la familia haciendo deporte. Personaje con el que empieza la novela.

A partir de aquí, Dicker despliega su magia y nos mete en el mundo de un sin fin de personajes, todos muy marcados, bien definidos e imposibles de olvidar y con un nexo de unión entre todos ellos y que a mí , en especial, me ha encantado: Casi todos ellos, quieren, sueñan o aspiran a ser escritores. Yo personalmente, me quedo con uno de ellos, con el loco de Harvey…ya me entenderéis.

Puede ser, si habéis seguido la carrera de este autor, que os parezca un poco repetitivo el hecho de basar sus historias alrededor de un escritor o la literatura en sí. Eso ya es cuestión de gustos. Creo que es un tópico muy típico entre los que escribimos, pero lo veo algo muy necesario y un recurso muy valioso si se trata con originalidad y valentía. Para mí Dicker es un alma arriesgada…soy PRODICKER.

En fin, las historias de este escritor jamás pasarán desapercibidas para mí y prometo que algún día le pillaré y cazaré a su asesino, como vosotros intentáis funestamente hacer con los míos (ahora pegaría un icono con la lengua fuera).

No dejéis pasar la ocasión de leer este tocho de 647 páginas. Lo vais a disfrutar mucho. Yo se la conté por encima a mi hija y le encantó tanto la historia, que se ha llevado uno de sus libros para leerlos, en concreto el de Harry Quebert.

Gracias Joël Dicker por hacerme disfrutar leyéndote.

Mi valoración es de 9 sobre 10.

Óscar Lamela Méndez.

¿Me quedo sin vosotras….?

Se ríen de vosotras, os utilizan irremediablemente. Su estupidez es tal, que viven sobre el convencimiento absoluto de proclamar vuestra inutilidad para ser algo en el mundo. Algunos se sienten ricos ante el velo de su ignorancia y os tratan como burdas herramientas para afrontar cada día y pasar sobre él de puntillas.

Curiosamente, uno se convierte en un mero observador y sin querer, se convierte en la luz que alumbra el camino de su obtusa podredumbre mental. ¿Es la envidia la que oculta tras sus burlas la incapacidad de sus corazones a reconocer la verdad que mueve el mundo?

Sois la paz y la guerra en cada uno de los rincones de este planeta y seguramente, en el resto del universo. Imaginarse una vida sin vosotras, para mí, es un pánico atroz. Pensar en vuestra elegancia y vuestra capacidad para unir corazones de diferentes latidos y latitudes, hace que se estremezca cada poro de mi piel.

Desde que tengo uso de razón, sois las que arropáis mis sueños en un continuo vaivén de posibilidades y para mi “bendita” desgracia, las que me desveláis y me mostráis el camino de la verdad en cada una de vuestras “caída de ojos”.

Si, os amo. Jamás dejaré de ser un infiel, un burdo pecaminoso, ladrón de mundos, asesino de estructuras y un incipiente caníbal del conocimiento que me dais como una droga imperecedera.

Quién no comparta, acompañe, comprenda o imite mis ganas y amor por vosotras, que se baje del tren y vea mi rostro perderse tras la niebla de sus pesares, pues yo sé que jamás caminaré solo por el valle de la muerte si vosotras me acompañáis.

El refugio de muchos se oculta tras la hipocresía, la soberbia y la magnitud desorbitada de una mente tan plana como los límites del mar en la época de Aristóteles. Sinceramente, si lleno mis bolsillos con vuestro conocimiento, jamás pasaré hambre.

No sé si tengo esa famosa facilidad para utilizaros y ser llamado por otros como el loco perdedor de segundos. Solo sé que cada noche me acuesto sabiendo menos y aprendiendo más de vuestra infinita sabiduría y con ello, soy feliz. Sí, soy feliz y lo seguiré siendo.

Perdonad mi osadía y utilizaros a estas horas sin vuestro permiso, pero os necesitaba para encontrar el camino hasta mi almohada y quizás, solo quizás, remover la conciencia de algún alumbrado y algún que otro corazón al que tanto amo.

Gracias 408.

Óscar Lamela Méndez.

Reseña de «Ponte en la fila» de Juan Manuel León Luzón

Ahora que nadie nos ve, ni nos lee, voy a abrirte mi corazón. Sí, ese que tú pluma y tu decidistéis reventar de par en par, hace poco menos de una semana, con el baile de sentimientos que habéis provocado en cada estrofa de amor. Porque este libro es amor, en la extensión más amplia de su significado.

Me has dado la posibilidad de comprar un pasaje en este tren de letras, letras que han conformado un camino de raíles por tu vida. Con un equipaje lleno de recuerdos, buenos y malos, pero todos con un mismo destino y un solo objetivo, hacerte crecer como persona y poeta.

Personalmente, considero que este poemario que has mezclado con una prosa directa y sincera, es la culminación de un sueño que ya no es eso como tal. Has llegado para quedarte durante muchos años, porque el ser humano en sí no se caracteriza por su «habilidad» para mostrar sus sentimientos al mundo y tú tienes la facilidad de hacernos participe no solo de tus trozos de felicidad, tristeza, debilidades o temores, sino que con ello consigues mostrarnos ese camino de baldosas amarillas que todos tenemos delante y que nos empeñamos en llenarlo de socabones con mentiras, miedos, rencores y odios.

Tú, Juanma, mi querido POETA, has hecho de tu mundo, de tu «Ponte en la fila» el mundo de todos. Nos has enseñado la facilidad de encontrar las pequeñas cosas que a todos nos pueden, nos deben hacer felices sin perder el tiempo en el «Qué dirán». La sencillez de una mirada sincera, de una mano tendida sin otro motivo que el de ayudar al prójimo, la empatía y el agradecimiento infinito que todos le debemos a la gente que nos quiere o nos ha querido alguna vez, porque este libro no habla de rencores, sino de avances. De que siempre hay un nuevo amanecer entre los rincones más oscuros de tu corazón y que la magia del amor lo puede y lo podrá todo siempre.

No dejas atrás la denuncia social, tan comprometido como siempre y el amor que le tienes a la esperanza de un mundo que día a día se hunde más en su mierda. Tus versos lo sacan a flote y yo, a pesar de mi humilde, colaboración en este libro, que es una mera anécdota y rodeado de tu amor y nuestros amigos escritores, me has enseñado que la poesía es la raíz que emerge en cada brote de amor de este mundo y la necesidad de seguir luchando por ella con todo y por todo.

Por supuesto, tengo mis preferencias en poemas y prosas de este libro y me los quedaré para mí. Los compartiré solo con el autor, porque tengo la suerte de conocerle y ser su amigo. Solo os digo que más de uno de ellos me han hecho llorar, vibrar y quedarme sin palabras.

Gracias por tu poemario, gracias por tu arte, gracias por darme la oportunidad de sacar mis más negros sentimientos en ese relato que me pediste y servirme de terapia para mi dolido corazón.

Mi más sincera enhorabuena.

Mi puntuación es de 10 sobre 10.

Exposición de Auschwitz en Madrid

Hace casi un mes de aquello. He imaginado mil maneras de empezar este escrito y sinceramente, nada de lo que me venía a la cabeza me valía, ni siquiera esto. El mero hecho de pensar en ello, me transportaba a la primera sensación que recorrió mi cuerpo y el cómo mi corazón se arrugó imitando a una pasa, con solo contemplar el objeto que nos recibía a la entrada, la réplica de uno de aquellos vagones. Llamadlo sugestión, sensibilidad o de la manera que creáis conveniente, pero mi «puta» imaginación rememoró los posibles gritos, llantos, miedos y desesperación de unas seres humanos que no sabían a dónde iban. Apilados como simple mercancía.

Por desgracia, el holocausto Nazi es y será, una de las mayores «atracciones» para el hombre y la mujer de este, y futuros siglos. Auschwitz es el claro ejemplo de aquella barbarie y de como somos capaces de lo mejor y de lo peor. Esta exposición va camino del año en Madrid y a pesar de haber escrito sobre los Nazis en mi primera novela, atraído por todo lo que genera la maldad humana, simplemente para intentar comprenderla, mi subconsciente trataba de hacerme olvidar este evento.

Aprovechando la visita de mis suegros, decidimos visitarla y, el que yo creía que era, un gran concepto o conocimiento del peor capítulo escrito por el ser humano, me hizo ver que nunca comprenderemos la magnitud de lo sucedido hace casi ochenta años. Mil historias desgarradoras, a cuál más impactante o sórdida; entre textos, vídeos e imágenes de los prisioneros y testigos de aquella locura, sientes que tu propio cerebro crea una coraza donde refugiar tu inocencia y hacerte creer que aquello no pasó. Sin embargo, tras ver esta imagen, una simple hoja escrita, el alma se te cae a los pies y tu cabeza empieza a dar vueltas como en una noria a doscientos kilómetros por hora. Una hoja, escrita a máquina, donde se calculó a groso modo los judíos residentes en la vieja Europa y que debían ser eliminados de la faz de la tierra…..espeluznante.

Como bien rezaba en la entrada: «NO HACE MUCHO. NO MUY LEJOS». Pasarán mil años y esto no se olvidará jamás, que así sea, pues quizá el ejemplo sirva de algo a más de un líder mundial para pensar mejor las cosas antes de actuar con la puta hombría Freudiana por bandera.

El lugar elegido para la exposición es sin duda el más acertado. Han sabido captar la esencia principal de una memoria histórica pétrea, con el halo justo y comedido del respeto por las víctimas y sus familiares, trasladando al visitante toda esa emoción contenida, en la que más de uno no podía evitar que sus lágrimas brotaran con los testimonios e imágenes mostradas. Una imagen, vale más que mil palabras:

  

Pero las palabras arañan el corazón de una forma distinta. Profundizan sin remedio en el alma, destrozando a su paso todos los escudos que protegen a nuestro «niño interior». Cada palabra de las siguientes imágenes me hicieron temblar, no por mí, sino por el imaginar lo que hubiera sido de mi familia si, desgraciadamente, hubiéramos vivido esa época.

Estar con mis hijas en aquel lugar, tampoco ayudó mucho. Naya corría sin cesar por todas las estancias, bañada por su inocencia y ajena a todo la historia trágica que le rodeaba, sin embargo Nerea estaba sumida en ese silencio que a todos nos embargada y sus ojos mostraban el asombrado y el desconsuelo por todas esas familias demacradas. Para colmo, dentro de mi afán por inculcarle los valores de la historia, me dejé llevar por lo poco que sabía, sobre todo de aquel monstruo llamado Joseph Mengele: El ángel de la muerte. Ver aquella canilla metálica durante la exposición, paralizó mis cuerdas vocales por un instante y el objetivo de mi cámara temblaba conmigo.

Por desgracia, no solo existió aquel laboratorio de experimentación humana como ya sabéis, las siguientes fotos, recogen las marcas de balas que traspasaron infinidad de sueños sobre un muero de acero, máquinas y salas que asfixiaron a almas desnudas, desnutridas y muertas de miedo. Formas impensables e inimaginables hoy en día de acabar con una persona, como simple ganado infectado. ¿Cómo se puede mirar a los ojos a alguien que vas a quitarle la vida y poder dormir, comer y jugar con tus hijos como si nada la día siguiente? Dios, se me eriza hasta las pestañas solo de imaginarlo.

Podría llevarme horas intentando describir cada una de las imágenes recogidas por el extasiado objetivo de mi cámara, y nunca estaría a la altura de las circunstancias. Miles de veces, en infinidad de películas, hemos visto los barracones, las literas, los ropajes, las maletas de esa pobre gente que no sabía que viajaba a visitar a la parca. Muchas veces hemos sentido lo que es llorar por dentro, el sentimiento de empatía en el que te envuelve esta exposición, es solo comparable al fallecimiento de un ser querido, pues te sientes parte de esas familias.

A continuación, y para todos aquellos que no puedan tener la oportunidad de pasarse por el centro de exposiciones de Arte del Canal, os adjunto estos escritos recogidos en tablillas, durante la visita. Algunos hielan la sangre y te hacen apreciar el horror y la desolación de un mundo en guerra.

      

Si decides ir, has caso de las recomendaciones de la página de información y prepárate para sobrecogerte como mínimo durante dos horas con la ocupación Alemana sobre media Europa y en concreto, la masacre de Auschwitz.

Como dato adicional, deciros que podéis hacer fotos, sin flash y sin problema alguno, la iluminación es perfecta para ello. Si sois muy sensibles, os aseguro que lo pasaréis mal. Estos eventos no se disfrutan, pero si te llenan el alma de humanidad y te hacen una cura especial por dentro. Te ayudan a conectar con todo esto que estamos olvidando con las nuevas tecnologías y las redes sociales, que el contacto piel con piel no tiene paragón y los sentimientos es el amor es lo único que debe inundar el mundo de una guerra infinita…..la guerra de la paz.

Mi valoración personal es de un 10 sobre 10.

Óscar Lamela Méndez.