Reseña de «La cara norte del corazón» de Dolores Redondo

Buenas a todos, de nuevo, tras una larga sequía. Como ya sabéis algunos, llevo un tiempo desconectado de mi propia página, inmerso en el proceso final de INSEPULTO y ello, por desgracia y sin poder evitarlo, me ha hecho dejar un poco de lado la lectura a la que tanta devoción le tengo.

Enfrentarme a esta reseña es un poco difícil para mí, pues adoro a la escritora vasca de la que hoy os voy a hablar de nuevo. Sobre todo, después de leer «Todo esto te daré» su exitoso premio planeta de hace cuatro años y su no menos increíble trilogía del Baztán y que con tanto acierto se esta llevando al cine. Esta última novela ha provocado en mí cierto desarraigo y desinterés con respecto a la historia original de la famosa inspectora de Elizondo, Amaia Zalazar. Un personaje extraño, atrayente en ciertos aspectos oscuros de su vida y a la vez repelente por su manera de actuar en ciertas partes de su vida.

«La cara norte del corazón» nos lleva a 2005. Situada concretamente en Nueva Orleans, ciudad de Lousiana. La época en la que Amaia se trasladó al FBI para formarse mucho mejor como inspectora y donde conoció al misterioso mentor que nos presentó la autora en la trilogía mencionada, Dupree. Si a ello le sumamos que todo transcurre durante el «ataque» de uno de los mayores huracanes de la historia del continente americano, Katrina y una serie de asesinatos en serie de familias enteras, no podéis negarme que el cóctel es bastante atractivo y explosivo, permítaseme el desacertado chiste.

Entonces, si pintas la novela de esta forma, ¿por qué tus palabras de antes, Óscar? Sinceramente, me gustaría deciros lo contrario, pero me rijo desde hace muchos años por una sencilla actitud por mi parte en la lectura. Si un libro me gusta, busco, escarbo y araño segundos al tiempo para poder leer todo lo que pueda y donde sea sobre la historia en la que estoy sumergido. No ha sido el caso.

Es cierto que la corrección final de mi tercera novela, ha influido, pero descubrí este hecho cuando empecé adentrarme más en los viajes en forma de flashback por parte de la escritora en la historia original de Amaia, y esa terrible madre que la torturó en su infancia, que en otra cosa. Es algo que le he dicho mil veces a mi mujer, esa historia me impacto muchísimo, y tras verla en la versión cinematográfica de «El guardián invisible», el terror se encareció mucho más en mi interior. De ahí que al volver a Eliozondo y revivir de nuevo la oscura alma de Rosario Iturzaeta y lo hecho con su hija, mi alma empatizara más con esa historia y dejara de lado lo ocurrido con el despiadado y psicótico asesino de esta nueva aventura literaria.

Es imposible negar la calidad de Dolores Redondo a la hora de contar una historia, meternos de lleno en la mente de los personajes, las situaciones extremas a las que llegan, sus complejas personalidades, traumas y demás, pero en esta historia, personalmente, creo que se ha equivocado al recordarnos parte del pasado de Amaia. Que sí, que puede que fuera absolutamente necesario para ciertas partes de la trama de esta nueva aventura de la inspectora navarra en tierras yanquis, pero a mí, me ha sacado un poco de la historia original y nueva que nos quería contar, quizás por la grandeza de los personajes de la trilogía.

Debo destacar también la excesiva cantidad de páginas que tiene «La cara norte del corazón». Hay partes que sobran. Quizás eso haya tenido mucho que ver en que su lectura me haya llevado mas de dos meses, cuando en dos meses o menos me leí la trilogía del Baztán. Las matemáticas no fallan.

¿Recomendable? porque no. Solo por descubrir nuevas partes oscuras sobre el pasado de Amaia y por supuesto del enigmático Dupree, merece la pena. El mundo de la siempre poderosa Nueva Orleans, sus famosos y míticos rincones, sus artes mágicas y zombificantes, aderezadas con la locura religiosa de un asesino decidido, también es una buena atracción para el lector. Aprender durante la travesía siempre es enriquecedoramente agradable.

Por lo tanto, y para no alargar mucho más esta reseña, os daré la nota de esta novela.

Mi puntuación es de 6’5 sobre 10.

Crónica sobre la presentación de «43 días» de Cristina Abella Jover

La vida se compone de momentos y al igual que en una escala musical, hay notas que llegan al alma de una de forma diferente, marcan el ritmo de tus pasos y el camino correcto. Algo así es lo que yo siento cuando veo encima de un escenario o simplemente sentada en una silla alta, tras una mesa baja, con su libro y dos copas de vino a mi querida «Dulcinea».

Podéis intuir con este pequeño guiño, la afinidad que destila mi corazón. Cristina es alguien muy importante para mí, por muchas cosas, pero sobre todas ellas, por el orgullo que siento de ser su amigo y el ejemplo de vida que lleva. Una luchadora incansable, en su corazón no existen los retos imposibles, los «No puedo» o las quejas. Ayer lo dejó claro publicando su primera novela, de la que tuve el placer y el orgullo de ser su primer lector. Ella lo ha dicho mil veces, y ayer lo volvió a recalcar en su presentación, la poesía es lo suyo. Sin embargo, yo que la conozco un poco, os puedo decir que con esta novela os lo hará dudar.

Decir que el lugar donde se realizo la puesta de largo de esta nueva aventura literaria de Cristina, me fascinó. Un lugar con encanto, pequeño, acogedor y con unos dueños a la altura de su rinconcito. Ya en un primer momento, nuestro editor y amigo Guillermo de los Mozos de la editorial Diversidad Literaria, lo quiso recalcar con su agradecimiento a Rigoberto y su hija, por el apoyo a un mundo tan denostado como la literatura, sobre todo, la de autores desconocidos como nosotros. En esta ocasión, Cristina no estuvo solo apoyada por familiares y amigos, sino también por autores de la editorial como Miguel Ángel Sevillano, Maria Alventosa, Fernando Abella Jover y el que humildemente os da la chapa.

Como os he dicho antes, yo fui el primero en leer esta novela y después de haber degustado relatos cortos y poemas de Cristina, no me sorprendí de nada. Solo de su irremediable sensibilidad y decoro a la hora de reflejar un tema violento en una escena, y que ella contó en la presentación como mucha gracia (¡ay lo que dio de hablar esa famosa «tortita»!). Cris tiene capacidad para hacer lo que le venga en gana, su carácter, su forma de afrontar sus problemas personales y la manera de ayudar a los demás desinteresadamente, la hacen un ser muy especial.

Fue una pena el no poder disfrutar del evento con tranquilidad, ya que me llevé a mi Rubita loca, que no se esta quieta ni con cinco elefantes atados a sus extremidades. Os digo yo que los pobres sufrirían un trauma con ella. A pesar de la inquietud, vi a mi «Dulcinea» muy segura de si misma, con los típico nervios del empiece pero con la certeza de que «43 días» os va a gustar.

Una novela corta. Con saltos en el tiempo y como ella muy bien dijo en la presentación: empieza por el final…pero no todo es lo que parece. Con un mensaje claro, reivindicativo y por desgracia no tan vistoso como en otros casos: el maltrato en una pareja homosexual. Os la recomiendo al cien por cien. Un buen regalo para estas navidades.

Acabada la presentación, en la que Guillermo de los Mozos se dedicó con originalidad a hacerle preguntas a la autora, llegó el momento del público y ahí se le puso aprueba, pasando el corte con buena nota.

La novela tiene partes de ella, de su infancia, de sus vivencias, pero sin dejar de lado la ficción. Algo que es inevitable no reflejar para un autor. O como se suele decir: nunca le cuentes todo a un escritor, puede que algún día lo utilice en tu contra.

En fin, fue un evento muy ameno, rodeado de gente buena y algunas que me encantó volver a ver en persona como a Javier Abella Meléndez, un magnifico fotógrafo, mis queridos amigos autores antes nombrados, familiares de la autora y su pareja.

Los tres mosqueteros


Para finalizar, quiero darle las gracias a Cristina por ser mi amiga, mi consejera y una parte muy importante de mi vida. Tanto por su amistad, como por regalarme su arte.

Te deseo todo lo mejor y, ya sabes: No dejes de soñar y hacernos soñar.

Óscar Lamela Méndez

Reseña de «Loba negra» de Juan Gómez Jurado

Definitivamente, de mayor quiero ser una mezcla de Antonia Scott y Jon Gutierrez. Al finalizar Reina Roja, la primera novela , de lo que parece ser una saga muy exitosa por parte del autor, la única frase que me venía a la mente era: Quiero más. Sobre todo con el final, esos que tanto cuida el autor madrileño y nos suplica a todos no desvelar.

Es por ello, que cuando supe de la publicación de Loba Negra, no dudé en hacerme con un ejemplar y encima, dedicado por el autor con ese sello especial que puso en aquellos libros adquiridos a través de El corte inglés.

No os voy a engañar, esperaba ciertas cosas de esta novela, que no puedo decir y aunque no han quedado resueltas, aún, he disfrutado de ella como un enano. Ya lo puse en mis redes y como dije en su día en la reseña de Reina Roja, Antonia Scott es un personaje imposible de no amar, justamente como le pasa a su compañero vasco el «no gordo» Jon.

Con un empiece intenso, sobre la escena de un crimen en la capital, a los pies en el río Manzanares, la cosa prometía, pero de repente, el autor nos saca de golpe de allí y nos lleva a Málaga, en plena Costa del Sol. Antonia y Jon se involucran en un caso muy particular y rodeado de toda la sórdida magia que solo creemos que existe en las películas de Scorssese. Un red de mafiosos en particular y un objetivo por ambas partes: encontrar a una embarazada, mujer de un delincuente de altos vuelos asesinado en plena calle.

En una ciudad nueva, los dos protagonistas deberán ganarse la simpatía de la policía andaluza y colaborar conjuntamente. Mientras, Antonia debe luchar consigo misma, ardua tarea, y Jon lidiar con su compañera y el jefe de ambos, Mentor.

Y quizás os preguntareis, ¿por qué Loba Negra? ya que Reina Roja quedó clara en su día, pues porque la guinda del pastel la pone un nuevo personaje del que prefiero (y el autor me lo agradecerá) emitir su nombre e historia.

En resumen, un thriller de tomo y lomo, con personajes frescos, muy particulares y entrañables a los que te gustaría tener como amigos. Capítulos cortos, que amenizan la lectura y con una calidad literaria abrumadora. Juan Gómez Jurado sabe como camelarte. También quiero ser como él de mayor… anda coño si soy más viejo que él.

Mi conclusión es la siguiente: leo porque me gusta, compro libros porque me apasiona y me gasto el dinero con gusto sin son con libros como los de Juan Gómez Jurado. Si a día de hoy tenías tus dudas con este autor, yo te digo que salgas corriendo a tu librería y pilles los libros del «tío que tiene pasta», hazme y hazle caso.

Mi puntuación es de 8 sobre 10.

Reseña de «El instituto» de Stephen King

Buenas. Hacia mucho que no me pasaba por aquí a comentaros una nueva lectura y esta vez llega de la mano del rey del terror. Siempre, cada cierto tiempo, y como dije en su día en las redes, me gusta desintoxicarme con uno de mis ídolos literarios, pero esta vez, no os voy a engañar, la solución no ha sido favorable.

Tenía muchas expectativas creadas y abiertas alrededor de este libro, King nunca defrauda y es cierto que me gusta saborear sus libros sin prisas. Sin embargo, al igual que con la última novela de Follet, el tiempo se me ha hecho eterno.

Entendedme, y precisamente hace unos días lo hablaba con una amiga. El afán de alargar en demasía un libro para justificar su precio final, termina pasando factura al escritor. EL INSTITUTO, no es una mala novela, pero le sobran muchas, muchas páginas de relleno.

Por otra parte, durante la lectura he tratado de simpatizar con los personajes, aunque fuera solo con uno. No ha sido así. Esta es una historia al más puro estilo del famoso Club de Perdedores de It, pero no he encontrado la chispa suficiente para hacerme fan de ellos, solo me movía la lástima y sus sufrimientos. Nada más.

Como fan de KIng, me he sentido un poco decepcionado y sinceramente, me parece que esta nueva moda de convertir en película todo lo que hace el autor, denota la falta de imaginación de muchos guionista, cosa que le sobra evidentemente al de Maine. Es una historia original, con elementos clásicos y con ese hala de misterio justo para seguir leyendo, pero poco más… ahora os contaré un pelín sobre ella.

Imaginaos que estáis en vuestra casa. Tenéis 12 años y una cierta habilidad para mover cosas. Esa noche te raptan, matan a tus padres (sin que lo sepas) y cuando despiertas, estas en una habitación como la tuya, pero que no es la tuya. Descubres estar en una especie de Instituto para chicos excepcionales, en el que ponen a prueba tus habilidades pero digamos que con ciertas «normas». La vais a pasar putas, eso os lo aseguro.

A partir de ahí, si habéis leído alguna vez a King, os podéis imaginar lo que vais a sufrir por los personajes. Luke Ellis es el protagonista, con poderes telequinéticos y una inteligencia fuera de lo común. Su amistad con varios niños de ese misterioso lugar ( entre ellos el genial Avery, único personaje salvable) lo llevará hacia un final curioso.

Ya me conocéis. No me caso con nadie y me duele en el alma decir esto, pero si lo llego a saber, lo pillo en ebook y me ahorro tanto dinero por una novela de las más normalitas del autor.

Mi puntuación es de 6 sobre 10.

Reseña de «El silencio de la ciudad blanca» de Eva G. Sáenz de Urturi

La conoces, estoy seguro de ello. Esa sensación de pena y a la vez alegría cuando terminas la última página de un libro y cierras la tapa. Con esta novela, la primera de una trilogía que está siendo un éxito en España y poco a poco en el resto del mundo con sus múltiples traducciones a otros idiomas, es un claro ejemplo.

Además de disfrutar de una historia apasionante, en su día, tuve el placer de conocer en persona a la autora, y la impresión fue a la altura de su calidad literaria. Cercana, llana, muy simpática y con la humildad de cuidar a sus lectores con cariño, así es Eva G. Sáenz de Urturi. Aún recuerdo sus consejos y su añoranza por los pinchos de tortilla de su tierra.

«El silencio de la ciudad blanca», es una novela negra al uso, con todas las características necesarias para hacer al lector vivirla con tensión y expectación. Un par de policías a la caza contrarreloj de un asesino escurridizo, de una inteligencia extraordinaria y que deja una ristra de cadáveres por todos los escenarios más emblemáticos de la ciudad de Vitoria y en una escenificación espeluznante. Escrita en primera persona, de la mano de un protagonista carismático. Un policía, Unai, marcado por la tragedia de su pasado, un personaje de fuerte personalidad, con una empatía descomunal por el prójimo y una inteligencia extrema, capacidad que utiliza para hacer los mejores perfiles psicológicos de los malechores. A su lado, Estíbaliz, amiga y compañera de batallas.

Situada en la ciudad natal de la escritora, un lugar que personalmente he visitado en varias ocasiones, tanto por trabajo como por placer y de la que me enamoré desde el primer día. Por supuesto, después de esta lectura, tengo pendiente una nueva visita para recorrer los rincones históricos y marcados por las huellas de un asesino despiadado. Un sociópata con una habilidad y sutileza especial para hacernos sentir, incluso, atraídos por él.

La escritora nos lleva con mucha sutileza y con una documentación muy cuidada, mezclada a la perfección con la trama de la historia, por todos los lugares principales de su ciudad y la comarca. Algo que se agradece en cualquier novela de este tipo, pues en otras, hay veces que se hace muy pesado y te sacan del hilo conductor de la misma (yo he pecado y aprendido de ello en las mías, particularmente).

Por supuesto, el amor es esencial en esta historia, tanto para el protagonista como para sus «escuderos». En la vida de Unai, aparece su nueva jefa , Alba, por la que poco a poco se siente incontrolablemente atraído. Otra de las claves que marcan a Unai y a estos thriller, es dotar al protagonista de un «mote», un sello único que hace al personaje más atractivo. En su caso es Kraken, tiene su por qué, no os lo desvelaré. es por ello que desde entonces, todos somos «Krakenianos»…como dice su creadora en las redes.

Hay una frase de Kraken que me dejó marcado desde el principio e hizo que me uniera a él en su búsqueda de la verdad: «Aquí termina tu caza, aquí comienza la mía». Unai la dice cuando llega a cada uno de los escenarios dejado por el despiadado asesino. Me flipó…

Para rematar la faena y crear un ambiente asfixiante alrededor del protagonista. El asesino emula los asesinatos ocurridos en la ciudad hacia veinte años por otro personaje que marca profundamente desde siempre la vida y carrera de Unai, Tasio. Al él se une su hermano mellizo Ignacio. Ambos son las piezas de un puzzle perfectamente fusionado con la historia, y rematado con unos flashback, muy de moda hoy en día en la literatura y que te van conduciendo poco a poco hacia un final que crees adivinar. Nada más lejos de la realidad.

En definitiva, una novela apasionante, disfrutada al máximo. Con un final que te deja loco y rematado con maestría por la autora. Estáis tardando en comprarla.

El próximo 25 de octubre disfrutaré de la película en los cines y en futuras fechas, leeré las dos siguientes partes de esta trilogía. Según me han comentado, la autora se supera y eso es muy difícil.

Mi más sincera enhorabuena.

Mi puntuación es de 8 sobre 10.

Reseña de «Contradicciones» de Miguel Ángel Sevillano

Lo dije, lo sé, pero como siempre le suele pasar al ser humano, no puedes decir: <<De este agua no beberé>>. Aunque si el agua es fresca, sana y natural como este libro, todo es más fácil.

Después del éxito rotundo de su primera obra «De mi puño y letra» publicada con Diversidad Literaria y editada por Guillermo de los Mozos, Miguel Ángel Sevillano repite con ellos y nos trae un pequeño rompecabezas de todo tipo de sentimientos, sensaciones, reflexiones y cargas poéticas tintadas de todo lo que su corazón observa en la vida cotidiana.

Hablar de uno mismo es aburrido, fácil, pero aburrido. Con este libro, el escritor repite ha querido salirse totalmente de lo habitual, incluso diría yo que de su zona de confort. Muchas personas han errado al catalogar la prosa y el verso de este entrañable escritor como una declaración de sus principios o la exposición más abierta en canal de sus sentimientos…. Nada más lejos de la realidad y «Contradicciones» os lo corrobora.

Yo catalogaría esta nueva aventura como una montaña rusa. Una fuerza, que es la ilusión del autor, nos lleva por un recorrido lleno de subidas y bajadas de sentimientos. Te lleva al límite. Él mismo nos lo confiesa al empezar la lectura con su EN CADA SOMBRA DE LA LUNA:

En mi humilde opinión lo consigue y todo lo adorna con un exquisito y cuidado lenguaje, donde se mueve con mucha soltura y nos regala pensamientos profundos e intentando ahondar en los más puros valores del ser humano. Una lectura pausada, justa y suave al paladar para ingerir las dosis justas de realidad sin atragantarnos con nada soez o pedante.

Lleno de lecciones tan denostada por nuestra oscura conciencia y el egoísmo que nos rodea. Consejos para practicar, formular o simplemente ver qué la empatía, el miedo al fracaso, la letanía de un sentimiento o el fuego de la pasión necesitan de nuestra práctica día a día y debemos ser consecuentes con lo que queremos ofrecer al mundo y a nosotros mismos. Porque este es un libro para reflexionar, leer con tranquilidad y asimilar cada uno de los mensajes que nos deja.

Lo dije en su día y me reitero hoy: Para mí es mucho más difícil llenar los huecos vacíos de tu corazón con esta maravilla escrita, que escribir las cosas que a mi se me ocurren. Los locos como yo necesitamos de vez en cuando un libro como este, que nos saque de los mundos de Yupi y nos casque una buena bofetada con la mano abierta de la realidad de un mundo lleno de «Contradicciones». No creo que sea mucho pedir.

Para colmar la guinda de este pastel, el autor se ha rodeado de tres amigos escritores, que han colaborado entre esta páginas de sabiduría. Yo, por mi parte, he tenido el placer de hacer el prólogo de este libro y presentarlo en próximas fechas. Sí, lo habéis adivinado, su publicación no ha llegado, pero yo soy uno de esos pocos privilegiados que se lo ha leído…y como dije al principio, dos veces.

No sé que más os pudo decir para convenceros de que tenéis que ir a su presentación y haceros con un ejemplar de «Contradicciones». os aseguro que no os va a defraudar.

Mi puntuación es de 8 sobre 10.

Óscar Lamela Méndez

Reseña de «1984» de George Orwell

¿Qué es para vosotros tener un don? Creo que este libro, es una buena respuesta. Durante muchos años había oído hablar de esta novela, como la auténtica referencia distopica por excelencia y efectivamente, así es, aunque os pediría que me permitierais añadirle otro género oculto: el terror.

Sí, está novela me ha dado miedo, y no por lo que cuenta en sí, que ya es mucho, sino porque el visionado futurista del autor de lo que hoy es el mundo, se acerca de una manera sutil a la realidad en la que hoy vivimos bajo el subconsciente de la era informática. Me explico: vivimos en un mundo en el que creemos ser libres, libres para elegir todo lo que se nos antoje y aún sabiendo que estamos subyugados por culpa de una simple pantalla y unos algoritmos que nos cazan en las redes sociales como simples moscas consumidoras…. El pánico está servido.

Orwell escribió esta novela allá por el 50. Y la sitúa 34 años más adelante. Con cierta tecnología más avanzada y en la que predomina sólo una cosa, el control sobre todo ser humano bajo el yugo de El Partido. Un mundo fragmentado en tres facciones continentales: Eurasia, Esteasia y Oceanía, está última, donde vive o más bien, intenta sobrevivir, el protagonista de esta historia, Winston Smith un empleado del Partido, dedicado a cambiar las noticias reales ocurridas en el mundo, por las que le interesa a Oceanía… ¿Os suena de algo? La famosa desinformación en la que vivimos hoy día.

Gracias a este libro, nace el concepto de Big brother (lo bien que le ha venido a la telebasura para absorber cerebros), el ojo que todo lo ve y en el que viven millones de ingleses en un Londres demacrado por las guerras y la erosión de un pueblo controlodo hasta extremos inimaginables. Racionado en casi todo: comida, utensilios de aseo personal, etc… ¿Os suena de algo esto también? ¡¡Libertad para Venezuela!!

El colmo de toda esta locura es que incluso están pleno proceso de cambio lingüístico. Una nueva forma de comunicación directa y eliminando miles de palabras.

Voy a evitar el contaros nada más, porque sinceramente, este libro me ha impactado de tal manera, que se me ha grabado a fuego en el corazón todos los aspectos sociológicos de los que está salpicado y a donde es capaz el poder y las mentiras de llevar a los hombres y mujeres de un país para converrirlos en zombis del sistema.

Quedaos solo con este concepto cuando lo leáis: Dos minutos de odio obligatorio al día. No digo más.

Hace poco me bajé la película y estoy pendiente de verla, a pesar de los años que tiene, siempre es un placer ver actuar al gran John Hurt y Richard Burton.

Solo le pondré un par de pegas a este libro, me faltó una meta épica por parte del protagonista, pero es justificable para llegar al final cerrado por Orwell y como utilizó el amor de Winston por Julia, la otra pieza clave de esta historia para hermetizar la necesidad del ser humano por sentirse vivo y a salvo… Terrorífico, de verdad. Ah, se me olvidaba la segunda pega: el apéndice me sobra. Me puso de los nervios, ya lo entenderéis llegado el momento.

Os lo suplico, no dejéis de lado esta obra maestra. La vais a disfrutar y sufrir del mismo modo y comprenderéis lo simples y ufanos que solos los seres humanos.

Mi valoración es de 10 sobre 10.

Óscar Lamela Méndez

«Una nueva historia» Capítulo 6

Parafraseando a mi adorado personaje ficticio de Marvel, Iron Man en Endgame: Parte del viaje es el final. Después de casi un mes navegando en mi cabeza, el pasado domingo 31 de agosto cerré esta historia. Hecha solo para ti y con el objetivo de hacerte disfrutar…Espero que el final esté a la altura de tú seguimiento, cariño y apoyo.

¿Seis?

¿Por qué? Las dos palabras más repetidas en una pregunta. Todas en esta vida la poseen y la mayoría de ellas no tienen una respuesta plausible. Yo os formularía otra ¿Existe la verdad? Cada uno la amoldamos a nuestra imagen y semejanza, sin importar precisamente ese por qué. Cuando uno juega con los hilos del destino, solo tiene dos posibilidades: Salir indemne o enredarse entre ellos hasta provocarte la asfixia…casi nadie se libra.

Juanma pagó sus errores… y Verónica, ¿No creéis que ella también debe ser juzgada por el destino y sus juegos? Vamos a ver, que pasa…

Notaba algo en el ambiente. Nunca fue una persona supersticiosa, creía solo en la imagen revolucionaria de aquel hijo de carpintero, nada más. Aunque es cierto que se dejaba influir con demasiada facilidad por las consecuencias de sus propios actos. La inseguridad era la parte principal de su ADN, hasta que conoció a Juanma.

Su “Milla verde” se convirtió en un reluciente sendero lleno de posibilidades. Con él, no le temía a nada ni a nadie y afrontaba la vida con toda la seguridad otorgada por el amor. Por desgracia, los cuentos son eso, solo cuentos, y hasta llegar al banquete de perdices, los baches y la falta de numerosos adoquines relucientes, fueron escollos duros de afrontar entre su incapacidad de decisión y los continuos envites de Juanma. Su competitividad, su dominio absoluto de la verdad y sus celos.

El día del engaño fue el más difícil para ella. Jamás había mentido al amor de su vida, ni siquiera de pensamiento o en brazos de la somnolencia. Sus suegros fueron la piedra fundamental que sostuvo toda aquella mentira y el cariño procesado a través del tiempo, fue suficiente para intentar darle una lección a su hijo y hacerle abrir los ojos de una vez por todas. Lástima, el ser humano nunca aprende, pues nada sale como planeamos…

‒No puedo hacerlo, Ramón. Hay algo dentro de mí que me dice que esto no está bien.

‒Eso es solo miedo, querida o alguna de esas mierdas con las que te alimentas por las noches. Tanto yogur natural con frutas no puede ser bueno. Donde esté un cacho de lomo con queso…

‒De ser así. ¿Por qué Carlos no ha querido tomar parte en esto, Elisa? ‒dijo la joven encarando a su suegra.

‒Es demasiado soso y, a pesar del cariño que te tiene, sabes cómo se las gasta con tu novio. Son como el agua y el aceite dentro de un recipiente. Sinceramente, prefiero mantenerlo alejado de todo esto.

Quién sabe, si el hermano mayor de Juanma hubiera participado, ahora no habría que lamentar tantas cosas…

‒Según los cálculos de Ramón, Juanma no habría tardado menos de dos horas en llegar a pie hasta Sad Hill. A estas alturas ya debe de estar aterrorizado por lo que ha visto. Desde luego, se nota la afición de su padre por el cine y los libros de terror. Si soy yo la que ve ese brazo colgando del árbol y me quedo tiesa allí mismo al instante.

La leve lluvia que cayó con anterioridad, fue suficiente para que Verónica tirara  por la ladera norte de aquel sendero como un zombi. A pesar de llevar el calzado apropiado, el barro empezaba a desdibujar los colores grises y rosas de sus botas de senderismo e incluso a calar levemente sus calcetines térmicos. Su respiración no iba al compás de sus pasos y aunque no estaba hablando en voz alta, era como si el aliento se ocultara tras su espalda y jugara al escondite. Un pinzamiento se hizo cargo de su riñón derecho, se notaba mucho el tiempo sin hacer nada de ejercicio desde que le asignaron aquella cuenta en el bufete. No había que ser ingeniero de la NASA para darse cuenta del espectacular sabor dado por este detalle a la receta de su especialidad: “Fondue de sentimientos y apetito sexual con una base caramelizada de horas extras en el trabajo”. Lo justo y necesario para fomentar las últimas broncas con Juanma, que ya empezaba a fabular con un compañero del trabajo como amante comprensivo y cariñoso. El aderezo perfecto.

Esa fue la última hoja otoñal que cayó del árbol fornido de su joven amor. La misma noche de aquella última bronca, vagando por la calle sin rumbo fijo y dejándose llevar por los dibujos caprichosos que dejaba la lluvia en la capital burgalesa, un coche le dio las largas. Era Ramón.

El hombre volvía a su casa después de la típica partida de cartas con sus amigotes del trabajo, y aunque llevaba dos cervezas demás, se le descompuso la cara cuando Verónica le contó lo ocurrido con el necio de su hijo. Sin apenas respirar y asimilar los hechos, miró a su yerna fijamente a los ojos y con el aliento apestándole a cerveza, le dijo palabras textuales: “Se va a cagar”.

Este lugar posee una mezcla extraña de misterio y desaliento. A pesar de ser ficticio, es como si notara un olor nauseabundo en el ambiente…espero que no haya sido una parte improvisada del atrezo de Ramón. No quiero vérmelas con ninguna asociación cultural o estamento oficial.

¡Dios! No es lo mismo ver esas dos pistolas a través de la caja tonta, que en persona.

En ese momento de inquietud personal, no estuvo muy segura, pero creyó escuchar unos leves murmullos quejumbrosos, parecía que la tierra húmeda hablara denunciando su dolor por culpa de una humanidad maltratadora. Aquella oscuridad, la quietud y soledad del páramo, empezaba a mermar dentro de sus tripas y no por que tuviera hambre.

Ramón me dio instrucciones muy claras. Si quería rematar aquella lección con una buena rúbrica, debía esconderme hasta el último momento y darle a Juanma la estocada final con una aparición fantasmal.

‒Llévate una muda limpia para mí hijo, su esfínter va a dar más saltos que un canguro cuando te vea aparecer de una pieza.

Mi suegro es un verdadero hijo de la gran…‒no pudo evitar sonreír.

Le duró muy poco. Agazapada, como una leona esperando paciente a su presa, fue yendo de cruz en cruz hasta el lugar donde horas previas, Ramón y ella habían cavado las tumbas. Cada metro que avanzaba, su corazón iba emitiendo un ritmo progresivo y acelerado de sus latidos. Juanma debía estar en esa zona. De pie, sentado o tumbado si acaso, pasto de un schock brutal, pero en esa zona. Trató de calmarse así misma pensando en el camuflaje natural de la noche, sin embargo, dejó la estrategia sorpresiva y se puso de pie. Irónicamente, ella fue la que se convirtió en un canguro y empezó a dar saltos hasta las tres tumbas. Cuando llegó, el escenario era aterrador…

De una de las tumbas salía una mezcla nauseabunda de vómitos, heces y un rastro de sangre coagulada que se perdía por el lado contrario al que ella había venido y en dirección hacia el trozo de plástico que no dejaba de vascular sobre aquel árbol tan tétrico. Los músculos de su garganta empezaron a contraerse, el pinzamiento volvió a aparecer, pero este se acomodó en todo el estómago, lanzando unos impulsos dañinos hacia su corazón.

¡¡Juanmaaaaa!! ¡¡¿Dónde estás?!! ¡¡Háblame!!

El pánico eclosionó en sus mejillas bañadas de lágrimas y sobre sus labios temblorosos. De nuevo, aquel murmullo. Esta vez más claro, más cercano. Gutural, ronco y lleno de súplica. Corrió, y a pesar de la urgencia, no puedo evitar ver como algunas cruces se habían caído y sobre ellas reposaba aquella sangre que salía de la tumba y se había convertido en el rastro gore de su particular cuento de Hansel y Gretel.

¡¡Juanmaaaa!! ¡¡Dime algo, por Dios!!

No hizo falta. A apenas dos metros más adelante, el cuerpo de Juanma yacía boca abajo. El olor era lo de menos en esos momentos. Su ropa se había convertido en un amasijo de barro, mierda y sangre, pero Verónica el único asco que sentía era de sí misma y de lo que le habían hecho al amor se su vida.

Cayó de rodillas, junto al cuerpo. Su mano izquierda empezó a extenderse con lentitud, temblando como un pajarillo recién nacido y con la esperanza de que Juanma aún respirara. Dos toques, Juanma no respondía. Ayudada por su mano derecha, metió ambas por debajo del brazo izquierdo y del estómago de Juanma para intentar darle la vuelta, el tacto embarrado, sucio y maloliente no denotaba ningún tipo de vida bajo aquel chaleco azul impermeable. Tras una leve balanceo y cuando empezó a darle la vuelta al cuerpo, una mano agarró su muñeca y tiró de ella hacía Juanma. Este le miró desde suelo, con la cara borrada por la sangre y le gritó: ¡¡Verónicaaaaaa!!

‒¡¡Veronica!! ¡¡Verónica!! Tierra llamando a Verónica. Cariño, ¿estás bien?

En ese instante, la chica pelirroja dio un salto automático hacia atrás y casi se cae de la silla si no es porque su prometido, Juanma, la tenía agarrada de la muñeca derecha cuando este trató de despertarla de su “pequeña letanía”.

‒¿Qué…qué ha pasado? ‒preguntó ella desorientada y con el rostro lechoso por el susto.

‒Cariño. Sé que te aburren mis historias, pero podrías poner un poco de interés en las cosas que te cuento.

‒Perdona, no sé qué me ha pasado.

‒Yo sí que lo sé. Esa cuenta va a acabar con nuestra relación. Me has dejado solo a cargo de toda la organización de la boda y tú solo tienes ojos para tu bufete.

Verónica estaba desconcertada. Estiró el brazo hacia el vaso de agua que estaba frente a ella en aquella terraza para calmar la sequedad de su garganta y sus labios acartonados. Estaba frente a la majestuosa Catedral de Burgos. Parecía que se había despertado de un sueño eterno o más bien una pesadilla. Aunque algo en su interior le hacía pensar que aquello sí que era un sueño y se iba a despertar en el hospital, junto a sus suegros y con la mala noticia de que Juanma había muerto.

‒Amor, por favor. ¿Seguro que estás bien?

‒Creo que sí ‒dijo ella.

Sin poder evitarlo, le miró a los ojos, esos que sonreían sin quererlo siempre y le daban toda la vida que necesitaba. Fue entonces cuando comprendió que todo había sido una alucinación suya. Se acercó a él, le tocó la mejilla con suavidad y probó sus labios con un leve sabor amargo por la cerveza que se interponía entre ellos.

‒Gracias por existir, mi amor.

‒¡Ay, Verónica! No me digas eso, que sabes que me emociono con nada. Y no me cambies de tema. Dime que te parece la idea que te he comentado.

‒Refréscame la memoria.

Juanma frunció el ceño y olvidando rápidamente el lapsus mental de su novia, le contó su idea… de nuevo.

‒Como te decía…Había pensado escribir un relato nuevo en mi web, con la idea de animar un poco las ventas de mis novelas. Últimamente no tengo ganas de nada y se me ocurrió esto: Un joven, tras la pérdida de su prometida y por una promesa personal, visita el cementerio ficticio de Sad Hill, ese que tanto nos gusta a los dos…El problema es que cuando llega allí, encuentra una tumba vacía con su nombre. ¿Cómo lo ves?

Verónica se quedó durante dos segundos petrificada y cuando volvió en sí le contestó:

‒Mientras no salga ningún brazo colgando…

FIN

¿Reseña de «Canción de hielo y fuego: Juego de tronos» de George R. R. Martin?

Como podéis intuir leyendo solo el título de este artículo, no creo que sea necesaria una reseña mía para salir de dudas en la lectura de este gigantesco y apasionante mundo creado por ese hombre de gorra marinera al que todos amamos y odiamos por igual, y solo por el simple y egoísta motivo de que no termina la historia de Westeros.

Que todos los Tolkinianos me disculpen por lo que voy a decir, pero este hombre ha llegado a conquistar a más de medio mundo casi , y recalco el «casi» para que nadie se ofenda, como el viejo y entrañable genio de la pipa.

Para mí, este es sin duda el género más complicado en el que embarcarse. Crear un mundo de la nada con todo tipo de detalles sociales, políticos y religiosos, con el aderezo espectacular de la fantasía y la mezcla exacta de lo ya vivido por el hombre moderno en épocas pasadas, me parece una absoluta genialidad.

Idiomas, mil y una casas, cada una con sus historias y leyendas por muy ínfimas que sean y todo, alrededor de un trono de hierro. Una meta, un fin, como el anillo de poder. Siempre habrá un padre, un origen y un hijo que intente igualar su gigantesca sombra.

Hasta ahora, no me había atrevido a leer a Martin. Llegué demasiado tarde, y eso que esta primera publicación me cogió todavía viviendo en Cádiz…y ya van para veinte años afincado en Madrid. Por otra parte, es la primera y única vez que me he leído un libro, habiendo visto antes la serie, película o documental de la historia. Juego de tronos es más grande que todo eso y este libro es una absoluta obra de arte. A parte, quedan los consejos de amigos y amigas lectores del americano de New Jersey, tanto por su enigmática y épica prosa, como por la aparición de personajes nuevos no incluidos en la televisión e importantes para la historia de Poniente.

Cada capítulo, un personaje; y en mi cabeza, gracias a la serie, las imágenes de un mundo que al menos en este primer libro, los autores de la serie han llevado a rajatabla como en la novela. Incluso hasta los diálogos eran clavados…vamos, que me iba corriendo al Youtube para ver la escena leída segundos antes. Lo he disfrutado como un Tyrion cualquiera.

Lo sé, esta no es un reseña, de ahí las interrogaciones en el título. Contar algo de la sipnosis del libro es ridículo pero eso sí, si como yo, has visto la serie antes que los libros, es igual de ridícula tu falta de decisión a la hora de hacerte con el primer tomo y devorarlo como yo lo hice hace poco menos de dos meses. eso sí, empecé a leer el segundo, pero le voy a dar un poco mas de tregua al «gordito», no vaya a ser que me líe con ellos y llegado el momento, este como medio mundo, deseando que el tío los termine y saber cuales son las diferencias entre el final de la serie y lo que ha maquinado su cabeza.

De verdad, sencillamente espectacular. ¡Leedla ya!

Mi puntuación: 9 sobre 10.

Óscar Lamela Méndez

Más que mi amigo…

Valiente contador de historias, que no puede ni empezar a escribirte. El dolor es tan hondo, tan lleno de recuerdos, que parece un baúl sin fondo y en esa inmensa oscuridad de recuerdos aparecen tus locuras, tus pocos y graves ladridos, tus lametones cuando te tendía la mano, tu acoso por ser acariciado, sin olvidar esos ronquidos a los que me acostumbre como parte de mi vida. Si no los oía, sentía el miedo en mi interior.

No es un tópico, es así. No se conoce la verdadera amistad y el amor más puro, sin condiciones, hasta que se tiene como compañero a un animal. Blacky, no puedes ni imaginarte lo que has significado en mi vida. Te hablo en presente porque todavía no puedo despedirme de ti. Tú me hiciste mejor persona, me enseñaste que nunca iba a estar solo y estuviste a mi lado en mis peores momentos en ese cuartucho donde compartimos tantos cosas. Metido entre mis piernas cuando escribía para darme tu calor y apoyo, tirado en el suelo a mi lado cuando me ponía a hacer ejercicios, bajo mis pies en la cocina, esperando mi torpeza y que se me cayera algo mientras hacía la comida. Mil millones de recuerdos.

Lo peor de todo esto para mí, es que es la segunda vez que me despido de ti y esta, esta es para siempre. La que más duele junto con las lágrimas de nuestra niña, sí, tu Nerea. La niña que quiso un perro y su padre se negaba, pero al final, cuando vio su reacción, se olvidó de todo. La hicimos feliz, y tú más que nadie, mi querido amigo. Eras su peluche, su compañero de juegos y la sombra donde cobijarse cuando sus padres no estaban bien.

Parece que fue ayer cuando te operaron y sentía el miedo atroz a perderte, ese que ahora se ha apoderado de mí y este duelo no me deja olvidar. Ni quiero hacerlo. Grabaré tu huella en mi piel. La conservo desde hace años y no pienso irme de aquí sin ella.

Perdóname, si es que algún día pudiste, por culpa de mis berrinches, mis regañinas y demás cuando no te portabas bien. Aun me duele el alma desde aquel día, cuando te vi partir con otra familia y tus ojos me preguntaban el por qué. Porque te quiero, Blacky, lo hice por ti, a pesar de mi inmenso dolor, ese que me acompañará toda la vida.

No te abandoné y a día de hoy, a pesar de todo, sé que no lo hice, pues tuviste la suerte de tener dos familias y vivir tus últimos años llenos de felicidad. Junto a tu hermanita Tina y tus papis Vicens y Dolors. Las personas más buenas que pude encontrar para ti, para darte más amor del que ya recibías. Dos almas a las que les debo la mía, por cuidarte, quererte y hacer de ti el perro más feliz del mundo. Sois mi familia, siempre lo seréis. El vínculo con nuestro cabezón es y será eterno.

A la gente le parecerá curioso, a ti no. Pues lo escribí contigo bajo mis pies, los dos solos y tú como inspiración de mi dolor. Mi primer relato «Solo», fue por ti y por mí y aunque a alguno le parezca una tontería, es la unión más fuerte que he tenido contigo. A cualquiera que ame los animales, como yo, ese relato le dejará huella, porque lo escribí con todo mi corazón y mi amor por ti.

Me llevaría horas escribiéndote, por miedo a tener que despedirme. No lo haré y utilizaré como mía esa frase que dice que nadie muere si los demás no lo olvidan. Tú, mi alebrije, espero que estés a otro lado del puente de flores cuando nos volvamos a ver y juguemos a dar saltos y correr sin mesura, como hace años.

Cuando me llamaron, lo supe al instante y lo más curioso de todo es que después de la fatídica noticia, de camino a un centro comercial, no paraba de ver Bulldogs en todas las tiendas. Camisetas, altavoces, pegatinas y para colmo, cuando llegué a casa, me quité la camisa y por la parte interior del cuello, descubrí que había el dibujo de un animal de tu raza. Ni me acordaba de ese detalle. ¿Casualidad? No lo creo, pues aquello, inexplicablemente me hizo sentir que estuve a tu lado en tus últimos momentos. Quizás sea una tontería, pero mi alma así lo siente.

Nunca dejaré de quererte, hoy, mañana y siempre. Gracias por ser mi amigo fiel y darme todo lo que nadie podrá darme nunca: la amistad más pura y sincera, sin condiciones.

Te quiero, Blacky.

Óscar Lamela Méndez