Reseña de «Sangre de hormigón» de Jesús Fersán

Quizás lo haya dicho muchas veces, pero me vuelvo a repetir si hace falta: <<No me veo capacitado para escribir jamás una trilogía>>. Es por ello, que al enfrentarme a la lectura de una de ellas siempre suelo imaginarme con que me encontraré al leerlas. Pues bien, hoy me hallo en una caso especial, ya que algunos sabréis que tuve el placer hace unos meses de conocer al escritor del que hoy hablo y el honor de presentar curiosamente el libro que cerraba esta trilogía que él bautizó como «Saga sangre». Esta última palabra nos ha vinculado y mucho, debido a que mi primera novela llevaba ese «distintivo» en su título.

Jesús Fersán  no es solo un hombre valiente al tirarse al ruedo de la literatura con estas casi mil páginas en total, es un soñador, un alma inquieta como la de más de uno que amamos esta profesión a la que tanto respetamos. Mi aprecio hacia su persona va más allá de las letras, pues desde un principio nuestras almas conectaron como lo hacen sus grandes y redondos ojos que te dan paz y tranquilidad con su voz calmada y amiga. Su historia es algo más que la locura de un culo inquieto, es algo que se sostiene principalmente por el realismo cotidiano que plasma en sus escenas y ese detalle que tanto adoro en un escritor cuando te describe a los personajes al dedillo. Una forma fácil de hacerte con ellos y a la vez complicada, pues no todo el mundo es bueno a la hora de detallar el aspecto de la gente.

Normalmente no me leo una trilogía de seguido si no me convence o me aburre, por eso en este caso he decidido acabarla entera después de leer la novela de la que hoy os hablo. «Sangre de hormigón» nos cuenta la historia de un grupo típico de amigos que planean unas vacaciones de verano, pero que por culpa del azar se ven envueltos en medio de una locura, que Jesús magistralmente no te desvela para incentivar tu curiosidad hasta límites insospechados. Toda narración necesita de un acontecimiento inicial que genere controversia y adicción…¿Qué mejor manera que hacerlo tras un ataque brutal a las casas de las monedas de varios países? Este hecho y una fuga que por desgracia para Eugenio, «Uge» para los amigos, se cruza en sus caminos tras una muerte inesperada, hacen que la lectura se intensifique con un personaje escurridizo para la policía e insufrible para la pandilla de jóvenes que los persigue irremediablemente. La base argumental se sostiene por el realismo de los protagonistas, su lenguaje sencillo y directo, y sobre todo por una idea que solo ronda en la cabeza del autor y que hace que juegue con nosotros y así no podamos sacar ninguna teoría al respecto. Como último detalle, por el cual quiero hacer una mención especial, es el tema de la música. Ya he leído a varios autores que le dan muchas importancia a ese tema y personalmente lo considero muy acertado. De hecho mi primera novela tiene muchos de esos detalles armoniosos que son tan necesarios en la vida cotidiana. La única pega que puedo ponerle a esta historia es que la trama a veces peca de un poco de peso y para mi humilde gusto se debería de haber descargado de peso y unirla más, dando más ritmo.

En resumidas cuentas y sin querer aburrir a nadie más, os recomiendo la lectura de «Sangre de hormigón» y os invito pues a que sigáis la saga como lo estoy haciendo yo. Enhorabuena querido amigo y mucha suerte como siempre.

Mi valoración es de 7 sobre 10.

Óscar Lamela Méndez

 

 

 

 

 

Mónica Molner

Es una frase hecha, pero en este caso viene al dedillo: «Mente sana in corpore sano». Hoy inauguramos de nuevo una sección que dejé olvidada y tanto me gusta: las presentaciones de autores. Y que mejor manera que con una especialista en la medicina, que cultiva la mente de la gente con su profesión y su pluma.

Mónica Molner Andrés nació en mayo de 1973 en Valencia.
Dedicada al mundo de la Medicina y la prevención de la salud en los últimos años desde la planificación familiar.
Estuvo como médico de familia rodando por consultas de primaria, pediatría y urgencias.
Formada en Medicinas complementarias, trabajó como médico naturista y homeópata y colaboró en la preparación al parto en la clínica Acuario de Valencia. Toda una profesional, como podéis ver.
Alterna el mundo de los libros con la actividad de mamá de 2 hijas divinas. Algo nada fácil hoy en día.
Su primera incursión literaria fue «Allioli en la Malvarrosa» que tuvo también una edición en valenciano y parte de sus beneficios son destinados hoy día a la Ong Abay que trabaja en Etiopía, en un programa de planificación familiar, así es como si ya tuviera un pie en su continente pendiente.
Su sueño literario no acaba aquí, pues su segundo libro ya está en marcha y seguro que caminará por la misma senda que el primero.
Desde hace unas semanas esta incluida en el catálogo de una nueva página creada para dar cobertura a los autores noveles, llamada www.sabesleer.com
Como podéis intuir sus inquietudes frente a la vida no paran de evolucionar, tanto por su profesión, como por los sueños que seguro alcanzará en su vida literaria.
Desde aquí os lanzo el reto de averiguar más sobre esta valenciana llena de vida y sobre todo sobre su ópera prima «Allioli en la Malvarrosa».
Sus redes son:
Espero haberos convencido. Muchas gracias por participar en este rincón querida amiga y mucha suerte con tu forma de alegrarnos la vida de la mejor manera, a través de los libros.
Óscar Lamela Méndez

Presentación de «Los pasos del fin» en mi tierra. Un sueño hecho realidad.

Sería mentira si os dijera que no había soñado jamás con un día como el de ayer, 23 de junio de 2017. El día en que presenté en la tierra que me vio nacer, una novela, una historia, un sueño hecho realidad. En este caso mi segunda libro y el primero en papel. De antemano os debería pedir disculpas porque seguramente la palabra que más se repita en este artículo sea un enorme «GRACIAS». Gracias a todos los que compartisteis un ratito de vuestras vidas ayer conmigo y venir a ver a este humilde loco en la librería LAS LIBRERAS de Cádiz. Gracias a las chicas de dicha librería, que de no ser por ellas y por el esfuerzo al que se vieron sometidas con la campaña de los libros de texto encima, no hubiera sido posible nada de lo vivido ayer. Por supuesto y como siempre, a mi editor y amigo Guillermo de los Mozos, pues sin él, nada de todo esto sería posible hoy día. Y en especial a mi cuñado y amigo Manuel Devesa, que hizo un esfuerzo sobrehumano por estar a mi lado y tener el privilegio de ser presentado por él. Estaré en deuda contigo por y para siempre.

Debo confesaros que al llegar allí a las seis de la tarde, no las tenía todas conmigo. Eran las 18:20 y a falta de cuarenta minutos del empiece, pensaba que no vendría nadie. Poco a poco los minutos caían, llegaban mis familiares y entre risas con mis cuñados y los continuos flashes y ruidos que producía mi hermano Rául, que ayer se encargó de ser el fotógrafo del evento y al que evidentemente le agradezco en el alma todo lo que hizo ayer por mí, los nervios iban atacando mis extremidades sin remedio alguno. Para colmo, esa misma mañana me vino a visitar uno de mis maravillosos amigos a los que tanto cariño les tengo: los cólicos. Estuve apunto de suspender el evento por el insufrible dolor que me mantuvo en jaque durante la mañana, pero mi tenacidad o más bien mi tozudez y la ilusión que me corría por las venas yendo toda la mañana de arriba a abajo con mi suegro comprando las cosas del evento, y al que por supuesto le debo todo lo de ayer con respecto a ese apartado, ya que me ayudó como nadie, saque la cosa adelante. Sin olvidar a mi suegra, mi adorada madre y mi tía, que me hicieron parte de la comida del catering.

                       

La introducción por parte de mi cuñado fue espectacular a pesar de sus miedos, porque yo jamás dudé de él. Me ayudó a desconectar un poco de los nervios que me atenazaban y a ver con claridad que no debía temer nada….Estaba rodeado de mi gente. Además y como ya pude comprobar en otros casos, me vi sorprendido por la visita de gente que no esperaba, al igual que triste por la gente que no pudo venir por diferentes circunstancias. Aunque estos últimos no se van a librar de llevarse un ejemplar de «LOS PASOS DEL FIN»….Que lo sepáis.

   

Traté de hacer pasar un rato agradable a mis lectores, pero sobre todo hacerles ver que esta novela no era simplemente una locura surgida de mi cabeza, sino parte de lo que pudo ser la historia de nuestra cuidad y hacerles llegar humildemente un trozo de la vida de la gente que fundó este rincón que tanto amamos los gaditanos. Mezclado por supuesto con la intriga, el misterio y los enigmas de una cultura milenaria.

                    

                   

Los que me conocéis, sabéis de sobra que nunca me rindo y que poca gente me gana a ser uno de los maratonianos soñadores que se atreven a echarle cara a la vida. Después de lo vivido ayer, mis dudas, mis temores y sobre todo mis bloqueos ante una página en blanco, se quedaron hechos cenizas. Los culpables fuisteis vosotros y el interés que habéis mostrado ante mi futura tercera novela. Sin obviar el hecho más bonito que le puede ocurrir a un contador de historias como el que os escribe: las ganas de retomar la lectura o de empezar a leer por culpa de mis novelas, relatos o cuentos, como me dijisteis ayer más de uno.

      

La rueda de preguntas fue muy amena, aunque en un principio más de uno se viera avergonzado a la hora de lanzar una duda o cuestión al respecto de «LOS PASOS DEL FIN» o sobre mi persona. Debo confesar que finalmente más de una y de dos de las preguntas que se formularon ayer tarde, eran las que esperé en mi presentación de Madrid y que no se dieron y fue un gusto contestarlas. A pesar de que alguna fuera ciertamente difícil de resolver, por culpa de la elección de una u otra novela o personaje.

El evento fue cubierto en directo a través de Facebook live y fue un placer leer comentarios en directo de varios seguidores que lamentaron no asistir o el estar de acuerdo con alguna de mis respuestas a las preguntas del público. Una vez acabada la prueba tortuosa de preguntas, que fue peor para los asistentes que para mí, se dio lugar a la firma de libros y un catering que fue acogido con mucha expectación, pues como suele decir mi suegro con mucho arte: ¡El hambre es muy mala!

El momento más esperado por un autor es este. Te encuentras cara a cara con los que serán tus verdugos en las horas venideras de lectura y te sientes tan feliz como agradecido por morir a los pies de sus críticas, tanto buenas como malas. Los nervios o la vergüenza desaparecen y se muestran agradecidos por tu trabajo y una dedicatoria que particularmente, siempre las hago personalizadas, un detalle obligado por todo escritor, ya que sin ellos estos sueños no son posibles. Te preguntan, curiosean y sobre todo nos conocemos cara a cara, ya que algunos solo nos habíamos visto por Internet (algo que debo agradecer enormemente a ellos). Sois muy grandes.

Mi único deseo, como dije en esta presentación, es ofrecer la oportunidad a mis lectores de que se diviertan leyendo y que les quede la sensación de que ha merecido la pena la compra y las horas echadas delante de «LOS PASOS DEL FIN» …Una novela hecha con el corazón y con la firme convicción de que os enganchará de principio a fin.

Para terminar, quiero dar las gracias al artista y pintor gaditano Fernando Devesa Molina, que tuvo la amabilidad de ceder la obra que dio vida a la portada de esta novela. Sus consejos, aportación y creación de este lienzo han hecho de ella una portada perfecta.

Lo dije ayer y me vuelvo a repetir, daros las gracias es ya un insulto, porque jamás estará a la altura de vuestra grandeza como seres humanos y seguidores de este humilde y loco corazón contador de historias.

Se os quiere mucho, muchísimo. Hasta muy pronto.

Óscar Lamela Méndez

Nuestra Rubita

Es la primera vez desde el 2013 que me enfrento a un papel en blanco totalmente desarmado y a pecho descubierto. Podría intentar camuflar cada uno de mis sentimientos de mil maneras y con metáforas a la altura del mayor de los poetas, pero jamás sería capaz de describir este dolor que siento ahora mismo y que perdura desde las 13:48 horas del pasado 10 de junio cuando viniste al mundo. Esa sensación al ver tu carita por primera vez no tiene definición posible en este mundo.

Es curioso pensar que hasta ahora, había creído que la pasión o el soñar despierto, eran sentimientos  que ya había vivido en mi vida después de casi cuarenta años, y a la vez, es tan satisfactorio, que la misma, me dé de nuevo una lección inolvidable. Soy padre de una preciosa princesa de catorce añitos, de la que no puedo sentirme más orgulloso y cuyo amor es tan infinito como el que siento ahora mismo por ti, pero debo ser sincero no solo con vosotros, sino sobre todas las cosas conmigo mismo. Por entonces tenía veintiséis años y todo fue un shock en una etapa de mi vida en la que no me arrepiento de nada, pero que es totalmente diferente a lo que me hace sentir hoy día la que, no solo es mi mujer, sino la que es: el regazo que busca mi alma para descansar cada anochecer. Una mujer desgarradoramente valiente y que se ha portado como o una campeona desde el minuto uno en el que tu cuerpecito dijo que ya no quería estar más en su vientre. Te ha costado salir cuarenta y una semanas más dos días, pero la espera ha merecido la pena, porque eres lo más bonito que he visto jamás.

Compadezco ciegamente a todo aquel que haya tomado la decisión de no ser padre en la vida, pues os aseguro y afirmo, que jamás conoceréis o miraréis de frente al amor más puro que pueda existir en vuestros corazones. No es una crítica, y os pido perdón si causo alguna molestia o levanto alguna ampolla con lo que voy a decir, pero os hablo desde lo más profundo de mi corazón. Ser padres es lo más bonito que la vida nos puede regalar.

Mis más allegados saben lo que me pasó el segundo día de vida de mi segunda princesa y hoy, 14 de junio de 2017 a las 3:15 de las madrugada, lo voy a compartir con todos los que me leéis. Eran las 4:25 de la madrugada del pasado domingo, habitación 31 de la quinta planta de maternidad del Clínico de Madrid y este que os escribe, empezó a leer a #NuestraRubita, como ha titulado mi hermana Ana Mari el hastag familiar del momento, un cuento que meses atrás le compré por Internet y que se llama: «La niña que perdió su nombre». Míriam, mi mujer, mi amiga, mi compañera y la superheroína que trajo a mi hija al mundo en solo seis horas, alumbraba en la penumbra de la vigiloa de aquella habitación con la linterna de mi móvil, dicho cuento, el cual no leí en ningún momento previo y estrené esa noche. Las primeras palabras salieron de mi boca buscando un lugar en mi garganta en el que aferrarse y no provocar el temblor de la emoción en mi voz y lo consiguieron. El amor por aquella personita de apenas tres kilos y cincuenta centímetros de longitud borró de un plumazo las horas que llevaba sin dormir y el castigo que me infringió aquel sillón del demonio. Las palabras bailaban sobre mis labios y se convertían en sentimientos hacía mi hija. Tal fue la comunión que se forjó entre aquel cuento y mi amor, que madre e hija se fueron con Morfeo a conocer el mundo de los sueños y este loco de atar, se quedó mirando a la luz de emergencias de la habitación rememorando cada uno de los momentos vividos segundos antes…..Algo que quedará grabado en mi ser hasta que me vaya.

No tengo ni idea de la infinidad de fotos que habré hecho hasta ahora y la de minutos y horas que me he pasado mirando fijamente esa boquita de piñón heredada de su madre y esos ojos ávidos por conocer mundo y de los que todo el mundo habla con pasión. Un cielo hecho carne sobre este pasto terrenal que hace que hasta una persona ajena, muera de amor al verla. Podría hablar la pasión de un padre ciego que no ve más allá de su amor, pero la cantidad inexpugnable de escritos en redes sociales o mensajes personales sobre #NuestraRubita me hacen ver, que no solo habla la baba que se me cae al adentrarme en su piel al olerla o el negarme a dormir teniéndola a mi lado por perderme un segundo se sus gestos o espontáneas sonrisas que hacen vibrar mi corazón como los besos de su madre.

                                                                                                   

Naya, es ridículo decirte que te quiero o que te amo con todo lo que soy. Es obsoleto y precario jugar con las palabras para provocar el llanto de unos o las lágrimas que ahora mismo estoy derramando por ti mientras escribo estas frases. No están ni estarán jamás a la altura de tu ternura.

«N» de nunca. Nunca dejaré que camines sola por la vida. Seré tu sombra para cobijarte del sol, tu pañuelo de sentimientos, tu rincón secreto en el que resguardar tus vivencias y el pilar que soporte todas tus penas y dolores para convertirlas en risas y despreocupaciones.

«A» de amor. Amor por cada uno de tus gestos, amor por cada una de tus decisiones y pensamientos. Seré lo que quieras que sea mientras que no dejes de quererme. Romperé el tributo que ofrece el tiempo al infinito por ser tu consejero más fiel y viviré cada segundo de mi vida por verte feliz una y otra vez.

«Y» de «Ya». «Ya» por verte sonreír por primera vez y todos los días de tu vida. «Ya» por tus primeros pasos, tus primeras palabras, el simple ajetreo incontrolado de tus bracitos buscando un lugar en el que agarrarte y ser yo ese bastón en el que apoyar tus miedos. El «Ya» que fulmine tus penas con el beso que se derrite en mis ojos con la mirada nublada que ahora mismo vela tu vida y del que me pregunto donde andará y que pensará.

«A» de ahora. Vivir tu vida sin tiempos que me lo encasillen. Disfrutar tus gestos, tus llantos, tu primer biberón, tu primer baño, tu primer paseo por la calle, tu primer todo cada vez que lo hagas o lo viva a tu lado; porque esa ilusión que siento cada día al mirarte a la carita después de tan solo cuatro días de vida, me hacen sentirme el hombre más feliz de la tierra y el más afortunado.

                                                                                                                                        

No puedes, ni podrás asimilar jamás, el amor que rodea tu vida. Una familia que te ama con locura sin conocerte aun en persona, que dormiría a los pies de tus desvelos por ser parte de tu vida y que cuenta las horas por achucharte hasta el extremo de devorarte de amor. Provocas risas, llantos de felicidad y haces que el mundo se reencuentre con aquella humanidad de la que tantos hemos perdido la esperanza.

Una hermana que a pesar de su edad, no asimila el como una cosa tan pequeñita es parte de su sangre y que deja caer sus lágrimas al pensar en todo lo que le queda por delante para disfrutar de ti y ayudarte a vivir en este mundo que sé de buena tinta, que construirá para ti con la misma ilusión con la que ella vive su vida cada minuto.

Basta decir que mamá y este que te escribe, jamás te inculcarán nada de aquello que esté establecido por la sociedad que nos oprime y que dejaremos que tu corazón sea libre desde el minuto uno de tu existencia. Simplemente seremos ese sendero que te guíe por el buen camino….Bueno, todo esto es muy bonito, pero también debemos confesarte que intentaremos inculcarte el frikismo que nos corre por las venas a tu madre, hermana y a mí, sin remedio. Somos así y no podemos evitar eso.

Bromas a parte y malabarismos de palabras en fueras de juego, voy a decirte lo que eres para tu madre y para mí. Eres nuestra razón de ser, el fruto del amor más puro que ya creímos perdido, la esperanza que todo ser necesita para seguir viviendo y sobre todas la cosas: la única unión necesaria de nuestros corazones con este mundo.

No sé si he provocado o no alguna lágrima a todos aquellos que han leído este humilde artículo. Jamás ha sido mi intención, pero si os puedo asegurar que acabo de abrir mi corazón de par en par como los rayos de sol de cada mañana que anuncian que un nuevo día viene a bendecir nuestras vidas.

Gracias mi vida. Gracias por golpear los caminos de mi vida con tus pequeños latidos y hacer de mamá y papá, el tesoro donde esconder su amor hasta más allá de los confines de la eternidad que nos gobierna.

Te quiero Naya, no puedo decir más.

Óscar Lamela Méndez

Reseña de «AlertaZ Renacer» de Xevi Vila Coll

Algo tan de moda últimamente como son los zombis y el apocalipsis, es lo que nos ofrece por segunda vez este escritor gerundense, el cual ama el arte inculcado desde pequeño por su padre, como la pasión por el rock. Su primera novela «Alerta Z Ébola» con el que arrancó esta saga que lleva a la destrucción del planeta por culpa del peor enemigo de la humanidad, el mismo.

Un grupo de tantos supervivientes, en este caso de la zona catalana de Gerona, tratan de seguir adelante después de todo lo sucedido en una aventura llena de destrucción, muerte y desgarro humano vivido a través de los diarios de un protagonista, el cual no sabemos su nombre.

Durante ciento cuatro días, Xevi nos llevará a través de la vida y pensamientos de un hombre que vive atormentado por el lastre que ha dejado la podredumbre humana y de la que debe escapar junto a su «familia», no solo compuesta por su mujer Cristina y su hija Alba, sino también por el resto de supervivientes de la primera novela. Todo comienza en el mar, sobre un porta aviones, pero por causas ajenas a ellos mismos, deben abandonar el lugar y empezar a sobrevivir en tierra.

Particularmente, creo que el autor refleja muy bien los aspectos primordiales de una vida basada en la más pura supervivencia, sin dejar de lado la crítica profunda a una sociedad actual que podría no andar muy lejos de esta realidad apocalíptica, según los últimos acontecimientos. Sin embargo, creo que a la novela le falta cierto ritmo que pide a manos llenas este tipo de historias. Personalmente creo que el centrarse en los diarios puros y duros de una sola persona, le resta la acción y emoción que puede darte los diálogos entre personajes, a los que creo que le falta alma por esa misma razón.

Sin embargo, el envite lo salva con un desenlace bastante original y paradójico, que incluso puede llevarte al desconcierto total, pero aderezado con matices dignos de un guión de cine.

Desde aquí quiero felicitar al autor por el esfuerzo desarrollado en un medio tan difícil y de moda como el apocalipsis zombi y darle las gracias por confiar en mí para reseñar su segunda novela, que va viento en popa en Amazon y en papel.

https://www.amazon.es/Alerta-Renacer-Xavier-Vila-Coll-ebook/dp/B072BY7G8G/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1497053548&sr=8-1&keywords=alerta+z+renacer

Mi puntuación es de 6,5 sobre 10.

Óscar Lamela Méndez

Como siempre: A sus pies….Reseña «La clave esta en Rebeca» de Ken Follet

Son esas veces, las mismas de siempre en las que sin quererlo o por una simple conversación, salen a la luz los grandes autores. Uno peca de saber y como dijo el sabio: yo solo sé que no se nada. Uno de mis ídolos, como ya todos sabéis, escribió esta novela de la que hoy os quiero hablar, allá por 1980. Yo tenía tres añitos y es hoy con casi cuarenta cuando se destapa en apenas una semana ante mí, una novela con la que todos deseamos encontrarnos. De esas en las que odias las noches porque como inútil ser humano, tienes que dormir si o si.

«La clave estas en Rebeca» es una novela de intriga y espionaje, al más puro estilo de la época en la que transcurre. Situada en el inconmensurable Egipto y su misterioso El Cairo en plena Segunda guerra mundial, dos hombres están condenados a enfrentarse de una manera u otra por la supervivencia del país por el que luchan y sus propias vidas. Alex Wolff, espia alemán e hijastro de un importante hombre de negocios egipcio se infiltra en la capital egipcia para intentar ayudar al ejercito nazi y así poder expulsar a los aliados del norte de África. En el otro bando, se encuentra el oficial inglés William Vandam un hombre de una rectitud y amor por su patria que lo llevará tras la captura obsesiva de Wolff.

Todo se inicia tras el desafortunado encuentro de este espía alemán con un cabo inglés al que mata. Un juego al más puro estilo del gato y el ratón. En sus vidas se cruzarán dos mujeres, que los ayudarán en todo lo posible a ambos hombres por conseguir su meta.

Wolff tiene una forma muy particular de ponerse en contacto con su superiores alemanes, que esperan impacientes a las afuera de la capital egipcia para atacar. A través de una radio y un código transmitido con un clave sacada de un libro llamado Rebeca, este espía intenta acabar con el ejercito aliado.

La tensión durante toda la novela es asfixiante y te lleva por una continua y trepidante persecución, donde el amor, las traiciones y el poder, serán los ingredientes especiales y necesarios para dar a la trama una jugosa forma de enganchar al lector y beber sorbo a sorbo una novela de este genial autor gales.

Sé que a lo mejor he destripado demasiado para el gusto de muchos lectores, pero os puedo asegurar que os encontraréis con un libro difícil de olvidar y pasaréis una horas de lectura apasionante. Yo en cuanto terminé su lectura me fui corriendo al ordenador para descargarme la Serie/Película y disfrutar de 194 minutos en imágenes de una historia que os gustará seguro.

Gracias maestro.

Mi valoración: 8 sobre 10

Óscar Lamela Méndez

Presentación de la novela «Sangre por sangre» de Jesús Fersán

En esta vida, una de las mayores virtudes que puede adquirir el ser humano es la humildad y sobre todas las cosas, quizás el seguir un buen consejo. Para bien o para mal, mi alma siempre será un pozo vacío, loco por llenarse de sapiencia y del sabor de la buena gente. Con ello solo os quiero decir que creo que una de las cosas que me han hecho mejor persona a lo largo de los años, ha sido rodearme de gente auténtica. Olvidar o desterrar las sombras tóxicas, ayudar a todo aquel que lo necesita de corazón y respetar a los demás, son varias de las premisas que trataré de inculcar a mi futura hija.

En apenas un mes he tenido el placer de conocer a un hombre puro, llano y con las ideas muy claras. De esas personas que agradecen los gestos y sobre todo que tratan de regalar su arte sin pretensiones.

Ayer fue un día muy bonito. Tuve el placer de presentar el cierre de una saga literaria llamada por su autor «Saga sangre». Jesús Fersán es un extremeño afincado en Leganés desde hace muchos años, conduce la línea 484 de autobuses y su pasión por la literatura le han llevado a regalarnos a todos esta magnífica trilogía: «Sangre de hormigón» «Mar de sangre» y «Sangre por sangre».

  

Debo ser sincero con vosotros y confesaros, al igual que hice ayer en la presentación a los asistentes, que no he leído aun nada de Jesús. Es la primera vez que me pasa esto y os puedo asegurar que será la última, porque no me gusta faltar el respeto a un autor así. Si lo he hecho es porque Jesús me mostró desde un principio su humildad, sinceridad y apoyo, además de que es amigo de otra gran persona como es Miguel Ángel Zambrano, al que también tuve el honor de presentar en la biblioteca de El buen retiro.

Salvé el envite como pude y desde luego, tratando de ser lo más honesto posible con el autor y los presentes. No fue difícil, pues los que nos acompañaron en la Casa de la cultura de Extremadura de Leganés son encantadores. Fue un evento cargado de muchos recuerdos por parte del autor y anécdotas que le fuimos sacando con nuestras preguntas. Una forma sencilla y abierta de mostrar lo que ha sido un trabajo muy duro y que poco a poco está dando sus frutos.

    

Jesús esta hecho de una pasta distinta, de esa que necesita esta intoxicada humanidad y lo reflejan sus actos. Yo me quise negar a hablar nada de mí o de mis obras, pero él me animó y prácticamente me obligó a hacerlo. Con deciros que vendí dos de mis novelas y que para octubre tengo pendiente una presentación de «Los pasos del fin» en esa misma casa extremeña. Una bonita locura que le agradezco desde lo más profundo de mi corazón.

Como le dije a Jesús, tengo pendiente sus libros y pienso hacerlo cuando acabe con Follet y mi compañero Xevi Vila. Tras varias charlas e impresiones causadas por sus palabras, estoy seguro de que la «Saga sangre» me va a quitar gustosamente horas de sueño. Pues su estilo es muy parecido al mío, jugar con los lectores a gato y el ratón.

Gracias por todo amigo y como dije ayer y en varias ocasiones: me tienes para lo que necesites y esta amistad seguirá fraguándose como el hormigón sobre un mar de letras y se sellada, como no, con sangre. Muchísima suerte en todo lo bueno que te queda por recibir.

Óscar Lamela Méndez

Al fin…Reseña de «Los herederos de la tierra» de Ildefonso Falcones

No voy a negar lo evidente. Por falta de tiempo, a veces ganas e incluso la perdida de interés en algunos momentos en los que la historia se salía un poco del guión con demasiados datos históricos, para mi gusto (y mira que me gusta este tipo de novelas), por fin he terminado la última novela de Ildefonso Falcones.

«Los herederos de la tierra» es la continuación que en cierto modo nos debía este genial escritor catalán, después de diez años de espera tras la inconmensurable obra de arte, a mi modo de ver, «La catedral del mar» que pronto verá la luz en forma de serie en Antena 3, y que espero que no nos defraude como otras desafortunadas adaptaciones de novelas españolas.

Digamos que esta novela es un paralelismo muy bien hilado después de la historia y vida de nuestro adorable y querido Arnau Estanyol. Hugo Llor es el protagonista, discípulo de este y que por culpa de los enemigos acérrimos  de su mentor, los Puig, ve truncado el sueño siendo un joven de doce años de progresar como constructor de barcos y  marinero como su padre trabajando en las atarazanas de la capital de cataluña en plena era medieval.

Su vida se divide entre dos cruces: ser fiel al hijo de su mentor, Bernat o sobrevivir por culpa de las conspiraciones de sus enemigos y aliados a rey de la época. Una infinidad de infortunios lo llevará a lo largo de su vida a tomar decisiones absolutamente reprochables, incluso para el mismo. El amor también lo conducirá  por diferentes caminos, tan inescrutables como las pisadas que deja Dios sobre el destino de cada hombre.

Marido por obligación, padre sin serlo, pero de auténtica vocación por la herencia familiar y lleno de una nueva pasión gracias al refugio de una familia judía, nace en su interior la pasión por el vino y esta a su vez lo lleva por la calle de la amargura en mil y una situaciones que harán de esta historia una interesante forma de ver la vida en aquella época y de como la pasión por vivir de una vocación y una fe, puede dar a Hugo tanto satisfacciones como dolores continuos en su alma. Si dejar de lado la creencia en Dios y en la Virgen de su adorada Iglesia de Santa María del Mar.

Cada personaje te hace amar y odiar sus dispares personalidades y su recias convicciones. Ildefonso Falcone no me demuestra nada más que lo que es, un gran escritor. Es el tercer libro que leo de él, pues » La catedral del mar» como ya os he dicho y «La mano de Fátima» me parecen dos obras imprescindible en vuestra biblioteca y todavía tengo pendiente su penúltima novela «La reina descalza».

Que no os engañe lo que personalmente he tardado en leerla. Ha sido como os he dicho solo por dos detalles: la falta de tiempo y la desmesurada a veces proporción de datos históricos. Por lo demás, os la recomiendo de principio a fin. Da gusto cuando, mientras lees, un escritor te hace viajar por cualquier época de este mundo que ya lleva más de dos mil años dando guerra. Mi única pega es la ligereza con la que muchos escritores, a falta de cuarenta páginas, agilizan los finales después de dar muchas vueltas. Me recuerda a esas series que les cortan el grifo y les piden que terminen como sea.

Aún así , gracias Ildefonso Falcone por cerrar, al menos de momento, esta saga y hacerme disfrutar con su lectura.

Mi nota es de un 8 sobre 10.

Óscar Lamela Méndez

Existe y siempre existirá. Viaje al principio.

En alguna que otra ocasión y sobre todo últimamente a través de Facebook live, os he hablado de la sensación tan inexplicable que siente un contador de historias como yo cuando visita lugares en los que anteriormente ha estado a través de unas frases escritas con la imaginación. El pasado fin de semana estuve donde arranca mi última novela y a pesar de ser mi segunda visita a Teruel, la magia ha seguido en el ambiente. Recorrer cada rincón de aquella pequeña ciudad, me ha hecho sentirme de nuevo dentro de «Los pasos del fin» y eso es algo que creo que nunca podré explicar con las palabras idóneas.

Una experiencia diferente y directamente enfocada a recopilar material en imágenes y vídeos para una bonita sorpresa, que si todo marcha bien, podréis ver en breve. Muchos me han preguntado a lo largo de estos casi tres meses que hace que salió la novela, el por qué de Teruel y que extraña conexión hallé entre este lugar y mi «Tacita de plata». Esta cuidad aragonesa siempre me atrajo  por su fama de inexistencia y sus amantes, hoy en día hay otros detalles que hay que incrementar a esas fascinación. Por ejemplo su gastronomía, exquisita y de una calidad encomiable. Su ternasco y restos de carnes, el jamón y su queso, su vino y sobre todo el trato de su gente es solo una parte más que adereza esta ciudad con ese encanto que siempre supo vender con maestría uno de sus hijos predilectos y del que me considero un humilde seguidor y fan como es Javier Sierra.

      

¿Es posible revivir una y otra vez las escenas de tu novela durante tres días? Sí, lo es. Todo aquel que se ha leído ya «Los pasos del fin» puede dar buena cuenta de ello en estas imágenes:

        

Lugares como el Parque de los Fueros dónde arranca la historia, la vuelta a casa por el Viaducto viejo y ese Paseo del Óvalo con su Escalinata de los amantes a la izquierda, sin olvidar la Torre de San Salvador más a la derecha, me hicieron meterme con total facilidad en la piel del protagonista de esta historia que trato humildemente de venderos.

Soy un soñador y jamás voy a dejar de serlo. Amo lo que tengo y lo que no, trato de alcanzarlo a través de las horas de vigilia con la única razón de haceros felices durante unas horas o al menos divertiros un poco. Esta vida ya es bastante triste y aunque mis novelas son bastante impactantes, solo lanzan un pequeño mensaje oculto, que más de uno que me conoce habrá averiguado por si solo: nunca hay que dejar de luchar por lo que único cree con el corazón.

                                                              

Gracias al pintoresco Torico que veis en la imagen a mi espalda, no solo bebí de su fuente, pues fue la inspiración ideal después de miles de horas de lectura para enlazar esta ciudad encantada con mi tierra natal. Cádiz y Teruel, Teruel y Cádiz, unidas sin remedio por la fuerza de una imagen que marcará para siempre a «Q». Ese personaje central de un diario en el que lo único que quiere es mostrar al mundo la verdad de su vida, sus miedos y todo lo que esconde un ser humano cuando esta solo entre sus pensamientos. Sin dejar de lado el amor, esa fuerza motriz que navega por el mundo dando luz a cada corazón que lo puebla. Como la historia de Isabel y Juan, como la historia de «Q» y Naya, como tú historia, como la de todos. Porque como una vez leí: La felicidad solo se puede alcanzar cuando conoces, sientes y vives el amor.

                                                                                 

Pero no os confundáis, «Los pasos del fin» no es una novela de amor. El misterio, la intriga, los giros argumentales y el miedo son la base de esta fulgurante historia que os sacará de quicio y que desearéis leer vorazmente hasta que descubráis el final. Para ello, lugares como el Antiguo Asilo de San José o una simple tienda de fotografías os llevarán por el camino de la amargura, para así intentar recomponer un rompecabezas lleno de enigmas sin sentido y sin razón alguna.

                    

En resumen solo os puedo decir que si tenéis la oportunidad de ir a Teruel, no dudéis. El mausoleo de los amantes, las vistas desde la torre de San Salvador, su bonita catedral, el viaducto viejo, el acueducto, el torico y el sin fin de rincones donde disfrutar de una buena comida aragonesa, hacen de este lugar una visita obligada.

                                                                            

Y finalmente, os diré que este viaje no solo me ha servido para afianzar mi trabajo, si no para coger fuerza para lo que viene por delante, que espero que sea mucho. Os debo confesar que últimamente estoy muy estancado e incluso he pensado en tirar la toalla, pero después de las muestras de cariño y la confianza que me habéis mostrado os debo mucho. El siguiente paso será una presentación en mi tierra como ya todos sabéis y paso a paso el fin no llegará nunca.

Gracias de todo corazón. Espero no defraudaros con este sueño.

Óscar Lamela Méndez

Reseña y Presentación de «Te encontré en el desván» de Miguel Ángel Zambrano García

No sé si en alguna ocasión os ha pasado algo parecido, a mi sí, y cada vez que me ocurre es como una pequeña bendición cósmica. Cuando me siento un poco atascado en alguna de las lecturas que rodean mi loca cabeza, aparece sin esperarlo una de esas joyas que yo suelo llamarlas particularmente: «Tesoros escondidos». Así podría catalogar a «Te encontré en el desván» de Miguel Ángel Zambrano. Os contaré un poco la historia y como surgió todo esto:  Gracias a Támara López, amiga a la que cada día le debo muchas cosas en este mundo literario, pero sobre todo, brindarme la posibilidad de conocer su gran corazón, me ofreció la oportunidad de presentar a un hombre, un escritor, pero sobre todo la historia de una familia.

«Te encontré en el desván» es la historia real de un hombre, un padre, un abuelo basada en sus diarios, que puede ser el de cualquiera de nosotros que luchó por su familia con todo lo que tenía (un enorme corazón) por sacar adelante a su familia incluso antes de que fuera un hombre adulto. En plena guerra civil, como hijo ayudó a su madre viuda y sus hermanos con tesón y amor en el pueblo extremeño Fuente del maestre. A la edad adulta la posguerra y el servicio militar le quitó lo poco que tenía y tuvo que luchar por sacar adelante a una familia que empezó a forjar con el amor más puro que nace entre un hombre y una mujer. La emigración a otras ciudades de la península con los bolsillos vacíos, las penurias, las calamidades y sobre todo mucha hambre y pobreza, fueron las piedras en el camino que un hombre decidido y valiente hizo sus armas para sacar a su familia adelante con una mujer que fue la piedra angular de su esperanza. Dos personas que a día de hoy a mí me han hecho creer en la humanidad a través de la deliciosa, tierna, sencilla y directa forma de escribir de Miguel Ángel.

Una vez que terminé el libro (os lo puede afirmar el escritor), le di las gracias encarecidamente por permitirme el lujo de conocer a su familia a través de su abuelo. Un hombre que a pesar de su avanzada enfermedad (el Alzheimer), luchó hasta el último momento por no olvidar su vida e inculcar a los suyos esos valores que hoy en día son tan necesarios para sentirte una persona realizada.

La «minigira» madrileña que este autor extremeño nos ha ofrecido, le llevó primero a Vallecas, donde lo presentó estupendamente mi amiga Támara López y  la afluencia de público fue un éxito como puede verse en las siguientes imágenes.

                

Rodeado de los suyos, de toda esa inmensa familia de los Zambrano, cuyas anécdotas, curiosidades y sobre todo afirmaciones sobre todo lo escrito por el autor, llenó el alma de cada uno de nosotros con las vivencias que no os voy a contar, porque creo que merecen ser leídas en un libro tan bonito. Como bien dijo uno de los hijos y tío del autor: <<Este es un libro que los jóvenes de hoy en día deben leer, para que se den cuenta de que la vida no fue ni es tan fácil>>. Sobre todo ahora que podemos estar al borde de una tercera guerra mundial.

                                

Particularmente, debo decir que ver allí a la hija mayor del abuelo de Miguel Ángel fue impactante para mi. Joaquina es la mayor de siete hermanos y la que vio todo lo que su padre y su madre hizo por ellos. Esos ojos contándote de primera mano lo que escribió con tanto amor el escritor, es algo que no se me olvidará tan fácilmente.

La presentación fue una acogedora tertulia familiar en la que privilegiadamente fuimos invitados algunos desconocidos. Al igual que la del día siguiente me tocó a mi hacer en la emblemática Biblioteca Pública Municipal Eugenio Trías (Casa de fieras) del parque de «El buen Retiro». Con menos afluencia, pero con una sorpresa inesperada para el autor de dos amigas suyas de Zaragoza, un momento muy entrañable.

Personalmente traté de hacerle llegar al público presente lo que  personalmente me trasmitió Miguel Ángel con su novela y destacar nuevamente los valores que se leen en ella, la humildad y humanidad que esta sociedad de hoy en día está perdiendo. Parece ser que solo la guerra o la posguerra, hace que los seres humanos se den cuenta de lo que tienen y de lo valioso que puede llegar a ser el ayudarnos unos a otros no solo para ser mejores personas, sino también la esperanza de este mundo tan jodido.

 

                      

Evidentemente, no puedo dejar de lado la impresión tan fuerte que me causó el ver delante de mí los diarios de Miguel Ángel Zambrano (abuelo). Escritos de su puño y letra, algunos amarillentos y raídos por el paso de los años, pero conservando la magia que tan sabiamente nos ha dejado su nieto en este libro tan hermoso. Para colmo la enfermedad dificultó el trabajo del autor por la deteriorada escritura, pero ahí estuvo ese gran hombre, sin dejar de escribir su historia hasta que ya no pudo más…Una imagen reflejada en esta novela que te deja helado.

                     

Ayer cerró su gira en la Casa de Extremadura de Leganés a la que no pude asistir, pero según lo visto en sus redes también fue un éxito con la presentación del escritor de la localidad madrileña Jesús Fersán.

Desde este pequeño y humilde rincón de sueños, quiero dar las gracias de nuevo a Miguel Ángel por darme la oportunidad de darme a conocer sus orígenes y conocerle personalmente. Ha sido para mí un placer el haberte presentado y ayudado en todo lo posible. Te deseo muchísimos éxitos porque has heredado el gran corazón de tu abuelo y te mereces todo lo bueno que te pase, como a él.

Un precioso homenaje a una vida que para mí particularmente tiene una nota de 9 sobre 10. Enhorabuena.

Óscar Lamela Méndez