Reseña de «El caso Alaska Sanders» de Jöel Dicker

Los que no sois nuevos en esta página y me seguís en mis redes, conocéis ya de sobra mi devoción por este hombre. Desde que leí su segunda novela, La verdad sobre el caso de Harry Quebert, descubrí al que para mí hoy día es el rey del thiller mundial. Así, sin medias tintas.

A pesar de las críticas recibidas en sus siguientes entregas, de las cuales tengo diferentes opiniones, Jöel Dicker sigue siendo una mina de oro para cualquier editorial, bien lo sabía su querido amigo y editor Bernard de Fallois. La única persona responsable de que este joven suizo este donde ahora esta. En cierto modo, para mí, Fallois es el Quebert de Dicker. Apostó por él cuando nadie creyó en su potencial, por ello fue inevitable que el escritor le dedicará una parte de la que es hoy día su anterior novela, El enigma de la habitación 622, la historia que definitivamente me hizo amar con todas mis fuerzas el trabajo de este hombre.

Por mis palabras, ya intuís que mi reseña no será objetiva, pero os equivocáis. No todos sus libros me apasionan, precisa y curiosamente, la que sería la segunda parte de esta «camuflada» trilogía, El libro de los Baltimore es para mí la más floja de la bibliografía del escritor. Sin embargo, el resto de sus obras me parecen una delicia y hoy os vengo a hablar de la que parece ser la novela que cierra el círculo alrededor del escritor Marcus Goldman y digo parece, pues el final de El caso de Alaska Sanders, nos da a entender otra cosa.

La nueva novela del autor suizo

Saga o no, da igual en el charco donde se meta, yo iré tras él porque después de lo que me pasó con Steig Larsson, no he encontrado a otro escritor que me obligue a dejar otros quehaceres para no parar de leer. Esto es lo que ha vuelto a conseguir Dicker con esta nueva entrega. Dejo de divagar y vamos al lío.

En esta ocasión, volvemos a reencontrarnos con el sagaz Marcus Goldman y con un nuevo caso que lo llevará sin remedio a escribir una nueva novela. Escrita en primera persona cuando toma las riendas de la historia el escritor ficticio o los personajes que hacen sus declaraciones, y en tercera cuando la trama necesariamente lo requiere, nos situamos justo después del éxito de su última publicación, El caso de Harry Quebert. A pesar de ser abrumado por todos, dentro de Goldman impera una única obsesión: ¿Dónde esta Harry? Después de todo lo ocurrido, su antiguo profesor se esfuma y no sabe nada de él durante muchísimo tiempo. Por otra parte, su amistad con la familia del sargento Gahalowood crece y en una de sus moderadas visitas a la familia, sale a colación un antiguo caso cerrado del que el policía aun no ha podido cerrar las heridas. En paralelo, sus vidas están vacías por causas que voy a obviar. En 1999 asesinan a una chica en un pueblo de la localidad de New Hampshire, Mount Pleasant y rápidamente se dio con los culpables. La cuestión es que once años después una nueva investigación se abre paso para Perry y Marcus y con la ayuda de una joven policía de la ciudad, llamada Lauren Donovan, cada paso que dan para descubrir quien era en realidad Alaska Sanders todo se complica más y más, descubriéndose que el o los verdaderos asesinos de la joven, pueden estar en libertad.

Esto es un resumen muy, muy básico. Según te adentras en esta nueva historia, hay que estar muy enchufado a cualquiera de los detalles que nos va dejando Dicker para intentar dar con la verdad, cosa que yo de nuevo, no adivine. Este hombre siempre se queda conmigo.

Si hay algo que debo destacar de la escritura de este joven suizo, es la capacidad que tiene de meterte en el gaznate una serie extensa de personajes y que se te queden los nombres y características de todos en un santiamen. No recarga las descripciones, pero te resalta de una manera preciosa los lugares donde se sitúa la trama y te traslada allí con una facilidad pasmosa. Yo ya me sentía un vecino más de Mount Pleasant, vamos.

No voy a destacar a los dos protagonistas de esta historia, porque ya son de sobra conocidos por todos, así que os voy a hablar un poco de los nuevos. No puedo destacar en realidad uno de tantos como el que más me ha marcado, pero si tengo que elegir a dos, esas serían Lauren y la propia Alaska. A las dos me las he pasado durante toda la lectura imaginándomelas que actriz podrían ser, pues la belleza de ambas es bastante destacable por parte del Dicker, sobre todo Alaska. He odiado a otros por igual, como los amigos capullos, Walter y Eric (acusados del asesinato); la envidiosa de Eleanor y por supuesto sin olvidar al gilipollas editor de Marcus, Barnaski, que cada vez que salía esporádicamente se me revolvían las tripas. Aquí no hay un malo malísimo, sino un conjunto de personas que son juzgadas por sus malas decisiones y en cierto modo, por su afán de triunfar por igual en la vida y en el amor.

Jöel Dicker sigue manejando los tiempos a su antojo y como siempre, su obsesión por enmarcar todos los hechos acaecidos en la novela con fechas, hace que no se te escape nada y te sitúe siempre en el lugar correcto de la acción. Los capítulos, a pesar de tener a veces demasiada información sobre el caso, se hacen amenos, dejando al final ese rastro en la mente del lector para gritar: ¡¡Joder, tío que tengo que hacer cosas y me vas a dejar con la miel en los labios!! En eso el escritor alpino es un hacha.

Doce días me ha durado esta travesía, en jornadas de lectura en las que he tratado de alargar su disfrute, pero me ha sido imposible, pues el goce ha sido máximo. No quiero extenderme mucho más en esta reseña porque no quiero revelar nada que os pueda estropear la posibilidad de navegar de nuevo en el barco de suposiciones en el que nos embarca el autor. Ya os digo, yo no he dado ni una y se lo agradezco enormemente. ¿Volverá Marcus Goldman? Tiene toda la pinta y de no ser así, yo seguiré los rastros de la pluma de Dicker hasta el infinito y más allá. Una pena no poder haber ido a la presentación que hizo aquí en Madrid y de la que tenía mi entrada, la salud no me dejó. Espero verle de nuevo donde sea, como en aquella Feria del libro de Madrid de hace unos años.

Joel Dicker

Mi mas sincera enhorabuena de nuevo. Soy un Dickeradicto de la vida.

Mi puntuación es de 8 sobre 10.

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