Reseña de «¿Qué pinto yo aquí?» de Esmeralda Esteban

¿Es posible condensar varios sentimientos dispares en apenas doscientas páginas? Sí, mi querida amiga Esmeralda Esteban lo ha conseguido y encima con una historia escrita hace diez años y que ella misma nos contó en una entrevista en mi Facebook. Dedicada a su amiga, en una época donde ambas no estaban sentimentalmente muy bien y que creo que les sirvió para desintoxicarse de malas experiencias.

«Qué punto yo aquí», ganadora del Primer premio literario Mil palabras & + Woman y editada por la editorial Colección Mil amores, cuyo título original era, -y para mí debía ser «Tortitas para cenar»- lo entenderéis muy pronto, es una historia sencilla, pero con un trasfondo atemporal. Una montaña rusa de emociones a través de un personaje principal cuya reciente pasado le ha marcado para siempre.

Julieta, una chica a punto de cumplir los 30 años acaba de perder a su hermana en un accidente de tráfico y ella era la que conducía. Lucía, que así se llamaba, deja a un marido sin mujer, a una niña pequeña sin madre y a una familia rota, si no lo estaba ya.

En medio de toda esta vorágine de sentimientos, Julieta va obligada a la boda de sus amigos y allí conoce a un hombre. Álex, un tipo encantador y lleno de todo aquello que a Julieta le hace falta para salir del hoyo. Sin embargo, Esmeralda no nos lo va a poner tan fácil…hasta ahí puedo leer.

A la ecuación, se suma su insoportable madre, Eugenia y un antiguo conocido del pasado, Víctor al que le vais a coger un «cariño especial». Alberto, cuñado de Julieta divide su vida en dos: intentar sacar a nuestra protagonista de la mierda y hacer que su hija pequeña vuelva a hablar y relacionarse con los demás. Un fracaso, a pesar de ser psiquiatra. Sin embargo, Julieta estrecha su relación con su sobrina y entre ambas se ayudan a salir de pozo emocional en el que se encuentran.

El lenguaje utilizado por Esmeralda es sencillo, cercano y lleno de esa magia que hace que te metas en la historia de lleno y con esa personalidad tan marcada de la protagonista que hace que empatices con sus sentimientos al borde de la lágrimas. Hay una escena que es desgarradora y de la que no puedes huir entre sollozos y con el corazón encogido. Una lección de vida que nos hace ver lo fácil que se puede ser feliz.

Esta novela se compone de nueve capítulos, cada uno de ellos, como dice la autora, con un ingrediente distinto que hace que la puedas leer en diferentes estados de ánimo. Ríes, lloras, odias, amas, vives y disfrutas de esta historia a partes iguales y lo mejor de todo es que a pesar de ser una novela «casi romántica» y de «chicas», no entra en ese estado extremamente sexualizado en el que se han convertido este tipo de tramas. El erotismo envuelto en ese aura de amor y la alocada situación en la que se encuentran los sentimientos de Julieta y sus traumas por resolver, hacen que Esmeralda nos eche el lazo desde el principio y queramos comer todas las noches tortitas para cenar, algo que da un toque especial a la vida de Julieta y a nosotros como lectores.

Desde aquí, quiero dar de nuevo la enhorabuena a Esmeralda por su premio y por regalarnos una historia con la que reencontrarnos con nosotros mismos e intentar superar nuestros miedos a todo en esta vida y afrontarla con una sonrisa y la esperanza que siempre nos otorga el amor. Esa tuerca esencial que hace que el mundo siga funcionando a pesar de nosotros mismos.

No dudéis en haceros con un ejemplar de «¿Qué pinto yo aquí?» (Tortitas para cenar) a través de los enlaces que os dejo a continuación:

https://libros.cc/%C2%BFQue-pinto-yo-aqui.htm

Mi puntuación es de 8 sobre 10.

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