Reseña de Star Trek Deuda de honor
No os voy a engañar, como os dije en mi reseña audiovisual, no soy Trekkie. Jamás he visto ni la serie y mucho menos, ninguna de las películas de Star Trek. Digamos, que soy más de los sables de luz, aún así el extenso universo de esta saga nunca me ha provocado rechazo. Así que con mi ínfimos conocimientos del lore que rodea a la tripulación del Enterprise, voy a daros mi más sincera opinión al respecto de este cómic, que muchos consideran de las mejores aventuras del Capitán Kirk y los suyos.
Esta historia del grandioso Chris Claremont y a los lápices de Adam Hughes no sé porqué, pero me ha recordado mucho a los grandes eventos que transcurren en cualquiera de las sagas de Marvel o Dc. Según tengo entendido y he investigado en ello, los acontecimientos de esta historia transcurren después de lo ocurrido en la película número cuatro que se llamaba Star Trek IV: Misión salvar la tierra, cuyos aficionados la bautizaron como <<la de las ballenas>>. Es precisamente, tras unos sueños lúcidos del capitán Kirk, la aventura arranca en un descanso del protagonista de esta historia junto a la doctora Gillian Taylor. Esas vacaciones se ven truncadas rápidamente por el inminente ataque de unos seres extraterrestres totalmente desconocidos para la humanidad, pero no para Kirk, ya que luchó con ellos con anterioridad y no fue creído por la Federación intergaláctica. Son muy poderosos con cierta particularidad que no os voy a desvelar y así crearos curiosidad. Son muy difíciles de eliminar y esto provoca que tal amenaza haga que los conflictos entre diferentes especies y en especial, los enemigos de la tripulación del Enterprise unifiquen fuerzas y se vean obligados a olvidar antiguas rencillas… en especial, los klingon.
Claremot utiliza una baza muy buena para crear incertidumbre en Kirk y es que este no puede superar aun la muerte de su hijo y no quiere enviar a su tripulación a una muerte casi segura. Es por ello, que en un principio pide ayuda a una antigua amante y combatiente T’Cel, la hija de esta y más personajes, para llevar a cabo una misión encubierta.
Como os dije antes, no me muevo como pez en el agua en este universo, pero si reconozco a las especies y los tripulantes sobre todo del Enterprise. Eso sí, hay algo que en cierto modo me ha molestado por mi incultura trekkiana si se puede decir así y es precisamente eso. Estoy absolutamente convencido de que los Trekkies han gozado esta aventura como nadie, porque sé de buena tinta que hay miles de referencias al lore y precisamente uno de los mejores guionistas de los X-Men, es un friki de los Kirk, Spock, Uhura, MacCoy o Sulu. El respeto a la saga se siente en cada viñeta y la esencia se recorre en cada espacio. Eso sí, debo destacar que la composición en algunas páginas es anárquica y en ocasiones pierdes el hilo de los diálogos porque no sabes que conversación es la siguiente. Por supuesto y a pesar de ello, quiero destacar el trabajo de Hughes pues gracias a él, he podido reconocer a todos los personajes míticos por su retrato exacto de los rostros de los mismos y sus característicos aspectos.
A pesar de todos los inconvenientes que me ha podido generar Deuda de honor, la he disfrutado mucho y me he centrado simplemente en dejarme llevar por la aventura y no por la psicología o desarrollo de los personajes, que ya están asentados en este universo y yo ya estoy de vuelta.
La nota que más debo de destacar en el apartado editorial, es reafirmar lo que dije en mi vídeo. Los chicos de Drakul si que son Trekkies de pura sepa y se nota muchísimo en esta preciosa edición. Además, no es la única historia que han editado y que podéis comprobar en el enlace que os dejaré a continuación de esta reseña. Ah y si os hacéis con esta edición a través de la web, Drakul os regalan una lámina muy chula a doble cara. Una parte es más comiquera y la otra al estilo de la portada original de la mano de Álex Santaló.
Por mi parte, quiero agradecer de nuevo a la editorial por la confianza en este auténtico neófito de Star Trek y espero que esta opinión sirva para que los que no la conocen la disfruten como yo y aun no siendo de la tripulación del Enterprise, quieran subirse a una de la naves más míticas de la galaxia del séptimo arte.
Mi puntuación es de 7 sobre 10.