Reseña de Coraje, Las malas compañías de Patricia Martín Rodríguez

Mi historia con el noveno arte es muy particular. Fue la que me inició en el mundo de la lectura con Tintín, Atérix y Obélix y mis adorados Mortadelo y Filemón de nuestro reciente desaparecido Ibáñez. Inexplicablemente, un día los dejé de lado y seguí con las novelas y hoy día, a la vejez, retomo ese primer amor que no fue solo de verano. A pesar de que hace un tiempo dejé aquí mi opinión sobre el cómic Y: el último hombre de Vaughan y los primeros tomos de Invencible de Kirkman, volví a caer en esa costumbre de solo reseñar libros y opté por hablar de cómics en mi canal de Youtube.

A partir de hoy eso va a cambiar y todo gracias, en un principio a mi queridísima amiga e ilustradora María Pizarro que me pasó los contactos y en segundo lugar a la editorial Drakul por confiar en este humilde y loco apasionado de las letras.

Terminado los agradecimientos, vamos al lío. Tengo el placer de hablaros de un cómic muy particular y de una calidad buenísima, sin dejar de lado la edición tan bonita que se ha marcado el equipo de la editorial (qué pelota soy). Coraje, Las malas compañías de la autora canaria Patricia Martín Rodríguez es un cómic de género social y a la vez, una historia de las miles que puedes encontrar en cualquier familia española. Jugando mucho con la psicología de los personajes y su infinidad de tonos grises. Pero bueno, como hoy estoy un poco farruquito, vamos a cambiar la dinámica de mis reseñas un poco y antes de hablar del cómic en sí, vamos a contar un poco de la autora.

Biografía de la autora

Patricia nació en 1994 en el paraíso, como algunos lo llaman, concretamente en Santa Cruz de Tenerife (todavía me duelen las ligas perdidas allí por el Real Madrid). Culo inquieto que ha vivido en la capital de nuestra piel de toro, Milán y Barcelona, cuyo trabajo profesional no tiene nada que ver con el arte que destila entre páginas, ya que es ingeniera industrial y nuclear, casi nada. Su amor por los cómics surgió casi desde pequeñita y seguro que con parte de los clásicos que me enamoraron a mí. Ya nos los contará en la entrevista que nos concederá el próximo 16 de enero a las 19.30 horas en mis canales de Youtube, Facebook e Instagram (hay que aprovechar para meter la cuña publicitaria). Suena feo, pero la pandemia nos ha regalado la posibilidad de disfrutar del arte de esta tinerfeña y con Coraje, queda claro que ya no se va a bajar de la guagua de la ilusión por dibujar.

Ahora sí. Contemos de que va Coraje. Esta es la historia de un casi treintañero llamado Jonay (me flipa el nombre), con una depresión de caballo y un grave problema para gestionar unos ataques de ira que le meten en diferentes problemas, como el poder mantener una estabilidad laboral y una buena relación con una madre que es un verdadero amor de persona y que en mucha ocasiones me han dado ganas de partirle la cara a su hijo por como la trata. A este le hace falta dos Hermanos mayores…me voy a callar. Por eso mismo, él se desprecia a si mismo y la autora nos hace notar que muy en el fondo, Jonay tiene buen corazón y necesita ayuda. Es por eso que hace caso a su madre y decide ir a terapia con un grupo de personas con diferentes problemas. Es allí donde conoce a dos piezas de mucho cuidado Cho y Airam, soy fan de este último y no os voy a decir por que, así que pillar este cómic ya.

La desesperación de Jonay por conseguir dinero le llevará a aceptar la «ayuda» de estos dos y el resto tendréis que leerlo.

¿Características del cómic? Guisado y comido por la autora tanto en guion como en dibujo, en blanco y negro y con un marcado toque manga. Situado supuestamente en las islas y con detalles en los diálogos que lo acentúan. Combina el humor y el drama con un gusto exquisito, que aportan al desarrollo de los personajes lo esencial para cogerles cariño a pesar de que son unos golfos de mucho cuidado. A lo largo de 136 páginas vamos disfrutando de sus líos y su relación de amistad que va forjándose a hostias. Tres capítulos que se beben rápidamente y que según la autora, verán su final con una segunda parte que esta a la vuelta de la esquina y que yo estoy deseando leer para ver que pasa con este trío.

No soy un experto en dibujo, pero si un aficionado que ha hecho sus propios garabatos y bajo mi humilde opinión, Patricia tiene un talento fuera de toda duda y mucha imaginación para seguir llenando nuestras horas libres de diversión y puro entretenimiento. Quiero destacar a modo particular la tipografía de los bocadillos que me parece muy original y totalmente legible, cosa que en otros cómics te cuesta unas cuantas dioptrías y la duda de si el cómic mejoraría algo más con tinta de color, pero que para mí no es importante. Mis más sincera enhorabuena a la autora y a la editorial Drakul por un trabajo conjunto magnífico y por último, en confiar de nuevo en este humilde contador de historias y lector compulsivo.

Mi puntuación es de 7 sobre 10.

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