Reseña de «Los ritos del agua» de Eva García Saenz de Urturi

No os podéis imaginar el gusto que supone para un lector el hecho de derribar el icónico mito aquel que dice: » Segundas partes nunca fueron buenas». Debido al confinamiento en el que estamos sumidos, he tenido más tiempo para leer y disfrutar muchísimo de una nueva historia del perfilador ficticio más famoso de tierras Alavesas. Dos semanas me ha durado la segunda parte de esta trilogía.

La trepidante narración expuesta en «El silencio de la ciudad blanca», primer acto de la misma, mostrada con mucho ahínco y fidelidad en el film que se estrenó hace pocos meses, a mi modo de ver, ponía en cierta dificultad la incursión de una nueva trama alrededor de Unai, Esti y Alba. Sin embargo, Eva lo ha conseguido y con creces. El hecho de no poder ni querer dejar de leer a pesar de que se me juntaran los ojos como a una lechuza, daba prueba de ello.

Nuestra querida escritora Vitoriana, llega con una nueva historia en la que Kraken, debe tirar de toda su astucia para dar con un nuevo asesino. Bajo el influjo y misterio de la magia y ritos célticos, aparece una víctima y de que manera. Colgada boca abajo, ahogada bajo un caldero antiguo y para colmo, embarazada. Pero lo peor está por venir para nuestro querido inspector, la mujer asesinada es una antigua novia suya. Para colmo y remate de la jugada maestra de la autora, debemos recordar lo que pasó al final de la primera parte, en la que Unai casi muere por un tiro en la cabeza, y consigue burlar a la muerte de milagro, pero le queda una pequeña «secuela», que le dificultará un poco durante toda la novela el poder desarrollar sus facultades a pleno rendimiento. El Kraken ha perdido el habla y se niega en un principio a ir a un logopeda para recuperarla. Este toque extraño y curioso durante la narrativa del personaje en primera persona durante casi toda la historia a través de su móvil, me parece un aderezo original y genial por parte de la vitoriana.

Como siempre, queda destacar uno de los detalles que siempre me apasionan de estas lecturas: el aprendizaje histórico. Culturas y ritos antiguos, lugares desconocidos por los que nos lleva la escritora de una forma fabulosa, bien descrita y sin un apego fastuoso hacia la recreación, hace la lectura más dinámica, entretenida y didáctica.

Me queda destacar lo que para mí hace de esta novela y de la anterior, un éxito seguro. La calidad de los personajes, el carácter imprimido y bien estructurado de cada uno de ellos; con personalidades fuertes, decididas y siempre navegando en ese hilo de desesperación al que algunos abocamos por nuestros miedos del pasado. Pasado que vuelve a florecer en esta historia y que es esencial para entender todo lo ocurrido entre nuevos personajes y antiguos poco explorados. Siempre me han fascinado las historias con ese toque flashback. Los tiempos son muy ricos y jugosos en este género de novela negra, thriller o como queráis bautizarlo.

En fin, que he disfrutado como un niño con zapatos nuevos de esta segunda historia y que, como dije en mis redes, quiero dejar aparcada el cierre de la misma con su tercera parte porque me va a dar mucha pena despedirme de Kraken y su oscuro mundo.

Mi más sincera enhorabuena a la autora, Ojalá, si lee esta reseña, se lleve el mismo buen sabor de boca que yo al leer «Los ritos del agua». Gracias a ella, mis ganas de volver por tercera o cuarta vez a Vitoria, se van multiplicando con el paso de cada una de las páginas de su increíble historia.

Mi puntuación de de 8 sobre 10.

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