NADAREMOS CONTRACORRIENTE SIEMPRE

Ha pasado una semana. Me había jurado a mi mismo el no ponerme delante del teclado y hacer esto, pero como ya sabéis, mi amigo Hyde no me deja tranquilo y finalmente, he cedido ante sus deseos. Siete días mirando a mi niña de tan solo nueve meses y tratando, a pesar de reflejar con crudeza en mis historias estos temas, de atar en corto a mis demonios e intentar sacar al humano que llevo dentro y que me robó ese monstruo que dejó el mar con un pececito menos.

Iker Jiménez lo dijo, no me voy a apropiar de su afirmación: «Todo el futuro de la humanidad, puede estar contenido en un solo niño». La luz de mundo, como decía Feliz Rodríguez de la Fuente. El alma de este país, se ha roto en mil pedazos y las personas buenas de este rincón, hemos sentido el vació, como padres o sin serlo, pues los niños son lo único que nos ata a nuestra humanidad y a esa niñez que yo me niego a perder.

Esa inocencia ha desaparecido durante años en muchos y después de estos días, lo he comprobado. Ellos no se dan cuenta, mientras tienes que escuchar frases estúpidas como por ejemplo: «Todos los días mueren niños en el mundo». ¿Pretendes quitarme mi dolor o escusar tu inhumanidad al no darle importancia a lo ocurrido? ¿No te das cuenta que con eso lo único que consigues es normalizar un hecho deleznable? Ningún niño o niña, es más importante que otro, todos son sagrados. Gabriel nos ha tocado de cerca y mucho más por los hechos. Muchas gente afirmaba saber desde el principio que fue ese ser, al que yo no puedo calificar como persona, y si os soy sincero, no sé lo que haría si la tuviera delante. Lo que si pido, ruego y exijo como padre, es que esos monstruos, a esos que con toda las de la ley, se afirma su culpabilidad, se les de lo que se merecen. Y ¿Qué se merecen?, podréis preguntarme. No sé si la muerte sería buen castigo, ya que Gabriel no está y ese ser seguirá respirando en una cárcel, mantenida por nosotros. ¿Encerrada de por vida?, por supuesto, que nunca más vea un amanecer a orillas del mar, como tampoco lo hará nuestro «Nemo» almeriense.

Como contador de historias, sobre todo de un estilo bastante crudo, se me ocurren mil maneras de hacer sufrir a ese monstruo, pero no sirve de nada sacar a mis demonios y rebajarme a su nivel. Con este artículo, solo quiero reflejar mi pena, mi impotencia, mi dolor, mi solidaridad con la familia, pero sobre todo lo dicho antes, la necesidad imperiosa de proteger con la ley a la luz de nuestras vidas, los seres más sagrados del universo, los niños.

Chicho Ibañez Serrador lo dijo en una ocasión: «¿Quién puede matar a un niño?. Simple y llanamente, un «Sin alma». Quizás sea por eso, que los que tenemos alma, retengamos ese lado oscuro que nos invade el corazón al ver, escuchar y leer estas cosas. La lección dada por la madre de nuestro pececito, me hizo llorar desconsoladamente el otro día. Iba conduciendo la furgoneta de la empresa, de camino a una gasolinera, puse la radio y estaba la Cope, con Carlos Herrera. Ella solo pedía algo y a pesar de intentar ponerme minimamente en su lugar, sin conseguirlo, ella me dio la clave para ser mejor persona, para seguir siendo humano. Llenemos el mundo de buenas palabras, de mensajes de amor y no dejemos que el mensaje de odio propagado por esos monstruos, nos ganen la batalla. No hay mayor victoria contra el mal, que ignorarlo. Dejemos que se pudra en el olvido, pero sin olvidar nuestro cometido: vivir por y para la sonrisa de los niños.

Por otra parte, quiero denunciar por millonésima vez, lo que clama el pueblo. La ley no existe, bueno sí, para los ricos, los «coronados» por la gracia de Dios y sobre todo, para lo asesinos. Aquellos como «El chicle» que mata a una joven y se ríe en nuestra cara, diciendo que en unos años esta fuera de nuevo, o aquellos que han  reincidido una vez fuera. Matar el fácil en este país y esta puta justicia de mierda se lo está sirviendo en bandeja a estos desgraciados. Matas a una chica en San Fermines y a los 9 años sales a la calle y colocado en un puesto de trabajo, cuando hay gente que lleva años buscando un trozo de pan para dar a sus hijos. O mejor, matas a alguien, te escondes durante 20 años y si no te pillan, el asesinato a prescrito….¿El dolor de una familia también prescribe, malditos bastardos? ¡¡BASTA YA!! Ya esta bien, de reírse del pueblo de mil maneras y formas distintas. Corrupción, recortes en todos lo ámbitos, incluidos a nuestro mayores y sus pensiones, y para colmo el libre albedrío para dejar que unos psicópatas maten o violen a su antojo a nuestros seres queridos, menores y adultos.

¿Que sociedad es esta? Estamos dejando que nos gobierne la desinformación y la agudeza de unos cuantos. Nuestro único objetivo en la vida es el consumismo y dejar que este, nos absorba el cerebro para no pensar en nada más que en tener una casa más grande, un coche más grande, una televisión inmensa donde nos succionen el cerebro con sus ideas y olvidar las nuestras.

Es por ello, que cada día veo menos televisión y paso mis días entre series, películas y sobre todo libros. Nadie va a consumir mi cerebro, nadie me va a impedir decir lo que pienso, nadie me va a robar mi libertad.

Aquí, bajo la sombra de mis propios miedos, seguiré luchando por ver su reflejo cada día de mi vida y luchar porque su sonrisa, la de su hermana y la de su madre, no se borren nunca de mi corazón.

LUCHEMOS POR EL ÚNICO FUTURO DE LA HUMANIDAD: LOS NIÑOS Y NIÑAS DEL MUNDO.

SIEMPRE NADAREMOS CONTRACORRIENTE, POR TI Y POR TODOS, NUESTRO ETERNO PECECITO. D.E.P GABRIEL.

Óscar Lamela Méndez

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